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9 de abril de 2020 | Opinión

Sobre las “miserias humanas”

Carta abierta al procurador Conte Grand

Quiero referirme a las manifestaciones desafortunadas del doctor Julio Conte Grand, procurador General de la provincia de Buenos Aires, quien trató de “miserias humanas” a los pedidos realizados por defensores oficiales para que detenidos obtengan arrestos domiciliarios. 

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por:
Carlos Guillermo Diéguez

Señor procurador, sus manifestaciones a todas luces son desacertadas, desafortunadas y contrarias a todas las garantías constitucionales como así también a la Convención Interamericanas de Derechos Humanos.

Además, señor procurador, debo agregar que sus manifestaciones están fuera de toda concordancia con la resolución del máximo tribunal de la provincia de Buenos Aires. Sería menester de su parte que aclare y despeje todo tipo de dudas, ya que sus dichos alteran el normal desarrollo del ejercicio de la profesión de abogados defensores, querellantes y particulares damnificados. Caso contrario, deberemos pensar que sus manifestaciones desafortunadas y desacertadas sólo encuentran motivación en un pensamiento mezquino y con propósito de diferencias políticas. 

Vale recordar que el célebre doctor Raúl Eugenio Zaffaroni, en una de sus tantas obras, dijo que la prisión preventiva es una condena anticipada. No está de más recordar que en lo que va de su gestión se ha generado un colapso judicial como consecuencia de la aplicación desmedida y abusiva de las prisiones preventivas. En ese sentido, es dable aclarar, nada ha cambiado en el marco de la seguridad ciudadana. Solo se generó hacinamiento de personas privadas de su libertad, que en la inmensa mayoría de los casos se trata de individuos de bajísimos recursos cuya única alternativa que el estado les dio fue el camino de delinquir.

Por último, señor procurador Conte Grand, lo invito a reflexionar y a estar a la altura de las circunstancias que la emergencia sanitaria (COVID-19) amerita, toda vez que no se trata de un capricho del máximo tribunal, como así tampoco del CELS y CPM. En su defecto, sus manifestaciones quedarán como una “ofensa” a los defensores oficiales que día a día hacen su tarea judicial con compromiso de abogar por la Justicia de las personas privadas de su libertad. 

 

 

 

(*) El doctor Carlos Guillermo Diéguez es abogado penalista. T°LXIV-F° 385 (CALP).


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