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23 de abril de 2020 | Provincia

Negocio de la crisis

Autoridades del SPB montaron un taller clandestino de barbijos

Todo se orquestó en la Unidad 9 de La Plata. En los talleres textiles, los internos, que fabrican tapabocas y kits sanitarios, fueron obligados a producir mayor cantidad para el negocio personal de altos rangos penitenciarios. Hasta el momento, los involucrados fueron derivados a otras dependencias carcelarias pero no se les inició un sumario.

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Bajo la supervisión del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), setenta personas privadas de su libertad -nucleadas en nueve cárceles de la provincia-, confeccionan alrededor de 2.200 barbijos diarios. Una de ellas es la unidad 9 -ubicada en calle 76 entre 9 y 11- con una producción de 255 tapabocas por jornada, que son distribuidos en recipientes herméticos dentro del mismo penal y en los de Melchor Romero (10, 34 y 45) y Gorina (12 y 18).

Pero lo que resultó ser un bien para la comunidad carcelaria en cuanto a medidas de higiene y protección en el marco de emergencia sanitaria nacional, terminó siendo un negocio para unos pocos jerarcas de la unidad 9. Desde hace 25 días, gestaron el trabajo esclavo de los internos, quienes fueron forzados a realizar “cantidades industriales de barbijos, delantales quirúrgicos y sábanas”, según contó una fuente calificada del penal en cuestión.

Además, producían “ropa y bombacha de vigilantes, incluyendo los escudos del SPB, también para vender afuera”, relató la persona que prefirió resguardar su identidad. En este sentido, sobre el costo de las producciones, indicó que “vendían a 3 mil pesos los cien barbijos y habrían recaudado alrededor de 300 mil pesos”.

EL DESCUBRIMIENTO

El modus operandi venía funcionando a la perfección a lo largo del último mes: “Uno le hacía la línea y otro lo sacaba en un bolso”, precisó la fuente. Hasta que el jefe de Talleres de la unidad 9, Juan Mancini, “hizo la venta por izquierda y alguien lo delató”. Aquí, el director del penal, Sergio Rodríguez, apareció en escena y encontró un tambor de doscientos litros “con barbijos de mejor confección”.

A partir del hallazgo, interrogó a la cúpula de Talleres pero nadie le contestó. Salvo los internos, quienes confesaron que -el día anterior- los responsables del área se habían llevado “1.500 barbijos y cien prendas, entre remeras y pantalones”. En esta línea, la fuente agregó: “Los presos tenían todo anotado en un libro y los habrían llamado a declarar a fiscalía”.

Lo llamativo del asunto es que el director de la unidad “aparentemente” no sabía nada. “Es un inútil o un cómplice”, aseveró la fuente. Otros personales penitenciarios de altos rangos tampoco “estaban al tanto”, entre los que se destacan el director general de Seguridad, Juan Vaccaro, más el jefe y subjefe del SPB, Xavier Areses y Horacio Falcone, respectivamente.

Asimismo, los subdirectores de Asistencia y Tratamiento y Trabajo Penitenciario, Pablo Bonafé y Daniel Osvaldo Mujica, en esta línea, habrían sido coautores del negocio pero -por ahora- preservan sus cargos de igual forma. Por otra parte, quienes sí fueron responsabilizados son Juan Mancini (lo derivaron a una de las unidades de San Martín), el subjefe de Talleres del penal, Rodrigo Arceu, (lo cambiaron a la 12 de Gorina), y el director de Trabajo Penitenciario, Pablo Jotayan, (trasladado a la dirección de Operaciones Especiales).

Sin embargo, a pesar del optimismo de nuestra fuente, quien declaró que las autoridades “deberán pagar si les hacen la denuncia como corresponde”, nadie fue sumariado ni puesto a disponibilidad. Otra vez presente la impunidad en el Servicio Penitenciario Bonaerense y la plana mayor sigue intacta, como si no hubiese sucedido absolutamente nada. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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