Entre simulacros y cierres, las clínicas privadas atraviesan una crisis sin precedentes

En horas de la mañana, la clínica City Bell de la ciudad de La Plata anunció a través de las redes sociales que cerraría sus puertas, golpeada económicamente por la cuarentena impuesta por el gobierno de Alberto Fernández. Su caso se suma al de muchas otras de la región que, asfixiadas por la falta de ingresos, comenzaron a considerar incluso vender las instalaciones al Estado.

“Se informa que a raíz de la situación financiera de la clínica, agravada enormemente por las consecuencias de la pandemia, y no pudiendo brindar a la población un servicio de calidad y acorde a las normas de bioseguridad necesarias para enfrentar esta coyuntura, hemos decidido cerrar nuestra institución hasta que se normalice la situación”, explicaron las autoridades de la Clínica City Bell en su sitio web, sorprendiendo a los pacientes de la zona, quienes mostraron su apoyo a los profesionales y hasta se tomaron el tiempo para consultar por el estado de sus estudios.

Mientras tanto, el Instituto Médico Mater Dei de la misma ciudad llevó adelante un simulacro con intervención de todo su personal, con el fin de instruirlos en caso del ingreso de alguna persona con síntomas de COVID-19.

La clínica, que también se encuentra luchando contra los avatares financieros de la cuarentena y que comenzó a regularizar sus consultorios externos y sus cirugías fueron reprogramadas, hasta el momento no tiene casos positivos de coronavirus dentro de la institución. Tanto directivos como el personal profesional se encuentra avocado a la atención de pacientes con patologías comunes. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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