La Patagonia, entre pronósticos económicos muy negativos y protestas de los comerciantes

A la grave situación que afronta la producción de gas y de petróleo y los conflictos gremiales que atraviesa el sector, ante las suspensiones, despidos y reducciones salariales que vienen experimentándose desde hace meses y la caída de la actividad económica en general, vienen a sumarse una crisis del comercio, afectado por las grandes distancias, la caída del empleo y de la actividad económica general, y una profunda crisis del sector hotelero. 

Un relevamiento realizado por la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Villa La Angostura sobre el impacto de la cuarentena en el sector, arrojó resultados muy preocupantes sobre la actualidad y el futuro de la actividad.

El 34,1 por ciento de los 41 establecimientos que forman parte de la entidad redujo su personal, al no poder afrontar los gastos corrientes ante la clausura de la actividad del sector.

Un problema adicional que se le plantea al 29,3 por ciento de los asociados es que no son propietarios, por lo que deben cumplir con el pago de los alquileres de los establecimientos que explotan.

Habida cuenta de que no parece probable que el gobierno nacional libere el tránsito y la actividad turísticas en los próximos meses, la temporada alta invernal -clave en la región- está prácticamente descartada. “El inverno está perdido”.

La situación financiera es otro motivo de preocupación. El 58.5 por ciento de los socios ya tenía créditos tomados preexistentes, y el 68.3 por ciento solicitó crédito ante la pandemia. Sólo un 46.3 por ciento pudo calificar para recibir ayudas salariales del estado nacional. Pese a esto, el 95.1 por ciento califica a las ayudas implementadas por el gobierno nacional como nulas, insuficientes o bien no calificaron para recibirlas.

La evaluación negativa sobre los auxilios provinciales y municipales es igualmente elevadísima, y llega al 92.7 por ciento.

En caso de no mediar cambios sustanciales, un 70 por ciento de los complejos hoteleros estaría obligado a cerrar en un plazo de cuatro meses, ya que la expectativa de inicio de la recuperación, para el 61 por ciento, se ubica en el verano 2021 y un 19.5 por ciento cree que recién se producirá en el otoño 2021.

Pero no es sólo la actividad hotelera la que atraviesa una gravísima crisis. Este martes, los comerciantes de Chubut rompieron las disposiciones de la cuarentena para manifestarse frente a la casa de gobierno, exigiendo la apertura de sus locales.

Los comerciantes de Rawson se movilizaron mayoritariamente, convocados por la Cámara de Comercio. “¡Queremos trabajar!”, fue la consigna que rompió la monotonía del mediodía chubutense.

El presidente de la Cámara de Comercio de Rawson, Miguel Larrauri, explicó que se trata de comerciantes de los rubros “tiendas y regalerías”, que ya venían solicitando a la gobernación la apertura de sus locales, limitando el ingreso a un cliente por vez. “Los protocolos están presentados ante el gobernador, el intendente, el ministro de Salud y Gobierno: es abrir con las condiciones que ponga provincia”, explicó, aunque agregó que no hubo respuesta para esa solicitud.  

También Larrauri señaló que la modalidad de delivery, permitida a nivel provincial, “en Rawson no nos sirve. En algunos rubros no nos sirve. Queremos abrir en las condiciones que sea. Hay créditos otorgados que la gente no puede acercarse a pagar”.

La situación patagónica se reproduce en el resto del país, tanto en el sector servicios como en el de la producción. Sobre todo en el caso de las pymes, que apoyaron en su momento de manera entusiasta la candidatura de Alberto Fernández, pero hoy siguen contra las cuerdas y con oscuras expectativas sobre su futuro.

Este lunes, la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) solicitó la suspensión por un mes del cobro de alquileres para comercios e industrias que no registran actividad a causa del decreto de aislamiento social, preventivo y obligatorio y el martes amplió el pedido, sugiriendo que el estado nacional resigne el cobro de impuestos por un mes, para posibilitar la reactivación económica.

Marcelo Fernández, presidente de CGERA, declaró: “Sabemos que el gobierno está haciendo un esfuerzo económico enorme para asistir a muchos sectores, pero desde CGERA creemos que, por ejemplo, la cadena de valor automotriz podría reactivarse si por un mes el estado no cobrara el impuesto a los autos, que es prácticamente el 50 por ciento del valor total”.

De este modo, continuó Fernández: “En vez de tener que asistir a los sectores en un 100 por ciento porque no pueden vender, sería bueno probar por un mes que no se cobren impuestos de ningún concepto a la venta de los productos de los sectores afectados”.

“Esto permitiría, en el caso de los autos, poder ofertar los vehículos a mitad de precio y que el dinero vaya directamente al sector productivo y a las concesionarias automotrices”.

Al respecto, Marcelo Fernández señaló que “si bien el estado dejaría de recaudar por un tiempo, por lo menos tendría que darles menos asistencia a los sectores y volcar esos fondos en otro lado”, concluyó.

Tanto en la Patagonia como en el resto del país, los humores se vienen caldeando. La instrumentación de las ayudas anunciadas por el gobierno nacional habitualmente se retrasa y sólo llega a una porción de los afectados, por razones burocráticas o por falta efectividad estatal.

En pocos días se inicia el mes de mayo y con él el pago de salarios, alquileres y vencimientos impositivos. Trabajadores y empresarios están en vilo ante la incertidumbre de lo que sucederá, en tanto que existe un reclamo -ya poco solapado- respecto de la doble vara que el gobierno nacional aplicaría para el poder financiero y las corporaciones, y para las pymes, comerciantes y trabajadores.

El malestar está latente y ya cada vez son menos quienes se esfuerzan en disimularlo. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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