Se afianza la teoría de que la cuarentena terminará “de hecho” cuando lo decida la sociedad

¿Cuándo y cómo termina una pandemia? Por extraño que resulte, no siempre tiene que ver con el desarrollo de una vacuna o el permiso de un “equipo de expertos”. La historia mundial nos demuestra que, a veces, simplemente tiene que ver con el hartazgo de la sociedad, que empuja a los hombres y las mujeres a salir de sus respectivos aislamientos y volver a sus rutinas, aunque el momento no sea el adecuado.

Un reciente análisis del doctor Jeremy Greene, un historiador médico de la universidad John Hopkins, asegura que en la mayoría de las pandemias que asolaron al mundo fue la sociedad –y no la medicina –la que decidió el punto final a las cuarentenas y los encierros. “La historia nos demuestra que la gente se termina cansando del pánico y aprende a vivir con la enfermedad en el ambiente”, explicó.

En el oeste africano, el hambre y la falta de dinero empujaron a la sociedad a las calles mucho antes de que la Organización Mundial de la Salud declare, en el año 2015, que la pandemia del ébola había finalizado oficialmente. Nadie esperó el permiso de los médicos, las urgencias cotidianas y el hastío pudieron más.

Incluso la temida peste bubónica, que asesinó a más de un tercio de la totalidad de la población europea, un 40 por ciento de la populosa China y hasta tuvo ciudades como Siena, en Italia, en donde murió la mitad de la población, no pudo con el genio de los trabajadores, que salieron a las calles a ganarse el pan a pesar de las advertencias de los médicos.

¿Irresponsabilidad? ¿Inevitabilidad? El debate está abierto. En Argentina, en efecto, es innegable que algunas situaciones se dieron “de hecho”, incluso sin contar con la venia del gobierno nacional. Por ejemplo, la mal llamada “rebelión fiscal”.

Pocos días después de la publicación del decreto que instauró la cuarentena, empresarios de porte hicieron circular un mensaje por las redes sociales en donde llamaban a no pagar los impuestos mientras dure el parate. La medida, que fue rechazada por la enorme mayoría de los propietarios de pequeñas y medianas empresas, fue sin embargo inevitable. Al finalizar el mes de abril, la recaudación del estado había caído en más de un 50 por ciento. No fue una rebelión intencionada, sino de hecho.

A poco más de cincuenta días del inicio del aislamiento, los expertos médicos pululan por los programas televisivos asegurando que la gente ha flexibilizado la cuarentena y que ya no obedece con rigurosidad las órdenes del gobierno. Tanto es así, que las medidas del gobierno corren detrás de los hechos. El presidente Alberto Fernández aprueba por decreto lo que ya está ocurriendo desde hace días en las calles. No le queda otra.

Se aprobó la modalidad de take away casi dos semanas después de que muchos restaurantes lo ofrezcan aunque no tengan el permiso. Se habla de salidas recreativas luego de que los asesores del gobierno entreguen, durante días y días, análisis pormenorizados describiendo un “relajamiento” de la sociedad en cuanto a las salidas. Se habilitaron comercios, especialidades e industrias que ya habían comenzado a trabajar. La lista sigue interminable.

La medicina, en la búsqueda de una vacuna, no combate sólo al coronavirus sino también a lo que los expertos han llamado "El Camino del Miedo", que representa el tiempo que dura el miedo al virus en la mente colectiva. Este camino, aseguran, es mucho más corto y ya se está acabando. (www.REAPOLITIK.com.ar)

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