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Ayer trascendió que, cansado de la pelea interna con el secretario de Justicia, Juan Martín Mena, Emiliano Blanco había decidido renunciar como director del Servicio Penitenciario Federal (SPF), cargo en el que estuvo durante seis años. La novela sigue con un presunto caso de espionaje ilegal.
El titular del SPF se transformó en una víctima de la disputa interna entre la ministra Marcela Losardo y Juan Martín Mena, actual secretario de Justicia, ex número dos de Oscar Parrilli en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y hombre de máxima confianza de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Blanco se hizo cargo del SPF durante la gestión de CFK en enero de 2014, pero las presiones internas, fruto de su permanencia en el gobierno de Mauricio Macri y desavenencias en el manejo de la crisis carcelaria, terminaron por marcar su salida y un nuevo avance del kirchnerismo duro dentro del esquema de Alberto Fernández.
A las pocas horas de que se hiciera pública la desvinculación de Blanco, trascendió la existencia de sucesivos allanamientos dentro de la órbita del Servicio de Inteligencia del Servicio Penitenciario Federal, ubicado en Membrillar en Flores. La iniciativa se habría llevado adelante por intervención de los jueces Federico Villena y Daniel Rafecas.
En ese marco, Gendarmería procedió al allanamiento de las dependencias U50, DPS, CP1, CP2 y DN. También se allanó la sede central ubicada en Varela 266, quedando a cargo la directora General del Cuerpo Penitenciario, Sonia Álvarez. En extremo hermetismo, fuentes internas dejaron trascender que los motivos estarían vinculados a un presunto espionaje ilegal.
Como era de esperarse, dentro del organismo las responsabilidades cayeron directamente sobre la organización juvenil K que lidera Máximo Kirchner, protagonista de la maniobra que determinó la desvinculación de Bianco. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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