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El intendente de Ensenada –en connivencia con el presidente del Astillero Río Santiago- intentó colocar como jefe de Intendencia a uno de sus referentes, que no cumple con los requisitos por escalafón. Hubo malestar en los trabajadores, incluso algunos jefes pusieron la renuncia a disposición.
El emblema nacional de la producción se vio revuelto por la medida arbitraria que trataron de imponer Mario Secco y Ariel Basteiro, producto de un acuerdo político entre ambos. Martín Dabalioni, un empleado de seguridad del ARS con apenas cinco años de trayectoria, estuvo a punto de ser promovido velozmente como jefe de Intendencia, creándose un puesto con jugosas contraprestaciones; pero los operarios lo impidieron.
Tanto empleados del área de Intendencia, como Bomberos y Ambiental, se manifestaron en rechazo con la decisión –que ya estaba tomada- y los jefes pusieron su renuncia a disposición. Los delegados de ATE también se plegaron al clima de disconformidad y pasó a procederse una asamblea, donde la medida de fuerza consensuada fue cesar las tareas laborales e iniciar un paro.
Finalmente Martín, hijo del director de Derechos Humanos de Ensenada, Carlos Dabalioni, no pudo ser ascendido. El plan de lucha de los trabajadores dio resultado, quienes no están en desacuerdo con el cargo en cuestión, sino con que no se respete el escalafón previsto en la institución. Cabe señalar que si el sector de Intendencia interrumpe sus actividades, el Astillero no podrá seguir funcionando dada las medidas de higiene que garantiza esta área ante el protocolo por la pandemia.
Fue una victoria parcial en cuanto a los derechos de los trabajadores, aunque no es para relajarse: quienes conocen el paño sostienen que Secco no se va a quedar atrás y seguirá pujando para desembarcar en el Astillero. “Una vez que se meta adentro, va a querer digitar todo; es un depredador”, indicó una fuente de Ensenada. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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