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13 de junio de 2020 | Historia

Año 1536

La primera fundación de Buenos Aires

Pedro de Mendoza organizó una gran expedición compuesta por catorce navíos y mas de 1200 efectivos, para conquistar y tomar el control efectivo de las tierras adquiridas a la corona. También incluía numerosas yuntas de caballos y de vacas, para impulsar su cría en territorio americano. El 2 de febrero de 1536 fundó Santa María del Bueno Ayre. 

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por:
Alberto Lettieri

Si bien existen dudas al respecto, su ubicación oficial se ha establecido en el actual Parque Lezama. La fundación se justificaba en razones estratégicas, para defender al Río de la Plata de nuevas expediciones de conquista portuguesas. Por esa razón se construyó un precario fuerte, rodeado por un muro de tierra de casi 2 metros de alto, y una fosa protectora. Al interior del fuerte se levantaron numerosos ranchos de barro y paja y cinco iglesias.

Si bien en un primer momento se establecieron relaciones cordiales con los habitantes nativos, los querandíes o pampas, que abastecieron de alimentos a los españoles, pronto las exigencias de los invasores superaron las posibilidades de aprovisionamiento que podían afrontar las tribus locales, que eran nómades y sólo tenían una economía de subsistencia basada en la caza, la pesca y la recolección de frutos. 

La ciudad servía como base para la organización de expediciones que buscaban satisfacer la ambición de oro y de plata de los conquistadores. Juan de Ayolas remontó el Paraná, y fundó el fuerte Corpus Christi, cerca del destruido asentamiento de Sancti SpiritusAyolas continuó con la navegación hacia el norte, donde fundó Candelaria en el actual territorio paraguayo, el 2 de febrero de 1837, para luego emprender su marcha hacia el Alto Perú, en busca de la Sierra de la Plata –en realidad, se trataba del Cerro Potosí-. Ayolas dejó a cargo del asentamiento de Candelaria a su lugarteniente, Domingo Martínez de Irala

Unos meses después, Mendoza, gravemente afectado en su salud, decidió volver a España, por lo que designó a Ayolas como gobernador delegado de Santa María de los Buenos Aires.  Sin embargo, al no estar este presente en la ciudad al momento de la transmisión del mando, Mendoza delegó provisoriamente el mando en Francisco Ruiz Galán. La sífilis acabó con la vida del conquistador en medio del océano, por lo que la corona dictó una Real Cédula el 12 de septiembre de 1537, en que disponía que, en caso de la muerte de Ayolas, la ciudad de Santa María de los Buenos Ayres designaría a su propio gobernador mediante el voto de los vecinos.   

En tanto, desde Candelaria, Domingo Martínez de Irala y Juan Salazar de Espinoza avanzaron hacia el noreste, tratando de alcanzar por esa ruta la Sierra de la Plata. En su avance Espinoza fundó el Fuerte de Asunción el 15 de agosto de 1537. Ayolas, luego de atravesar por primera vez el Chaco y llegar al actual territorio boliviano, regresó en 1838 al fuerte de Candelaria, al que encontró abandonado. Poco después los nativos organizaron un ataque que le costó la vida. 

Este desenlace provocó un conflicto por la sucesión en la gobernación de Buenos Aires. Mientras Ruiz de Galán, comisionado en su momento por Mendoza, pretendía continuar al mando de la ciudad, Irala exigió el cumplimiento de la Real Cédula, accediendo a la gobernación desde su residencia en Asunción. Los alimentos empezaron a escasear y los españoles llevaron a cabo una cruel matanza de nativos, en consonancia con el trato habitual que los europeos cristianos dispensaban a los pueblos americanos. “De los nuestros cayeron unos veinte y de los de ellos como mil”, afirma el soldado y cronista Ulrico Schmidl, que participaba de la expedición. Sin embargo, y a diferencia de lo sucedido en otros lugares de nuestro continente, los querandíes, que eran guerreros por naturaleza –utilizaban con maestría arco y flecha, lanzas y boleadoras-, defendieron con valor y decisión su territorio, y pusieron cerco al asentamiento. “los indios con fuerza y gran poder –señala el cronista- nos atacaron a nosotros y a nuestra ciudad de Buenos Aires en número de 23 mil hombres”.

Los españoles, víctimas del hambre, recurrieron al canibalismo. Mientras tanto, los ataques nativos se multiplicaban, lo que vino a sumarse a la escasez de alimentos, provocando la abrupta disminución del número de habitantes. Irala se rindió ante la evidencia, y dispuso el despoblamiento de Buenos Aires en 1541. Los habitantes abandonaron la ciudad, que fue destruida por los nativos, retirándose hacia Asunción, que fue proclamada como ciudad por el propio Irala, el 16 de septiembre de ese mismo año. Justamente Asunción sería la experiencia fundacional más exitosa de la invasión española en la zona atlántica de América del Sur, y se convertiría en “madre de ciudades”, ya que desde allí se impulsaría la conquista del litoral Argentino, Paraguay, Uruguay y Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Buenos Aires, Pedro de Mendoza

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