Fernando Signorini: “Diego Maradona no nació para ser explicado, nació para ser admirado u odiado”

Once años trabajando junto al mejor futbolista de todos los tiempos, once años puliendo y mejorando al número uno, once años de logros y también de frustraciones, once años compartiendo el mejor fútbol, once años de privilegio, once años de disfrute. Ese tiempo le dedicó Fernando Signorini a Diego Maradona. En una extensa entrevista con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm), el emblemático “profe” del fútbol argentino compartió las vivencias que tuvo al lado del mejor jugador de todos los tiempos.

Tal y como comentó Signorini, la idea de ser el entrenador personal de Maradona surgió del propio Diego, una iniciativa totalmente descabellada que hizo dudar al “profe”, ya que en ese momento no se estilaba ese tipo de acciones en el deporte del balompié. “Yo estaba en Barcelona, ya teníamos una amistad. Él sufre la fractura el 24 de septiembre de 1983, el doctor Oliva comenzó con la rehabilitación de su tobillo, después cuando se pasó a la fase dinámica comencé a ayudarlo como un amigo, él se sintió muy cómodo con lo que yo le hacía hacer, y me lo propuso. La verdad que fui un privilegiado y se lo dije desde un primer momento: 'Para ayudarte te tengo que conocer, no voy hacer con vos lo que hago con cualquiera’”.

“Si bien el fútbol es un deporte de conjunto, está conformado por individualidades que tienen sus características, no sólo desde el estado físico, sino también desde el mental. Así que cuando me lo ofreció, me dijo que lo había pensado mucho. Así fue cómo empezamos a trabajar juntos, buscando cuál era la mejor manera para individualizar el trabajo de un jugador de deporte de equipo”, agregó.

Uno de los aspectos importantes de Diego Maradona es su predisposición para la recuperación física. Los hechos deja entrever que tiene un físico privilegiado. Y así lo describió el propio Fernando: “Hubo versiones de algunos especialistas de traumatología que negaban la posibilidad de que él pudiera volver a jugar en los niveles que ya había acostumbrado a la afición catalana”. Y añadió: “Pero su descomunal talento, su esfuerzo y su voluntad se pusieron de manifiesto en cada entrenamiento. Él es un enamorado de la pelota”.

UNA GENÉTICA “INÉDITA”

Respecto del éxito en la evolución de Maradona en aquel momento, el reconocido preparador físico fue muy modesto al decir que “a estos chicos más que entrenarlos, hay que protegerlos, y no imponerles desde nuestra vanidad ni cosas que nada tienen que ver con el fútbol”. “Entrenar a un jugador de ese tamaño es como entrenar un gato para cazar ratones. Uno no se puede ufanar de eso, había que aplicar sentido común, racionalidad para el trabajo de cada día”, comentó.

En ese sentido, Signorini señaló que son casos inéditos de la genética que llegan a sorprenderlo a "uno mismo". Hoy vemos que él se muestra vivo, con unas ganas enormes, incluso se lo ve que entrena con el mismo entusiasmo de siempre. “Diego no nació para ser explicado, nació para ser admirado o para ser odiado, él no tiene grises”, aseguró. “Las pasiones son como un péndulo, van y vienen desde al amor al odio, en muchos también hay resentimiento, porque hay también quienes no soportan que ‘esos negritos de mierda’, como lo llaman, después tengan el brillo que tienen y ellos que se creen más importantes no salen ni en el diario del barrio”, indicó.

En un momento de la nota, calificó que todo lo que enfrentó Maradona tuvo que ver con “un sistema muy perverso”, por el que “pagó las consecuencias precisamente por ser irreverente”. Y en ese sentido relató: “Un pibe que vino de Fiorito de golpe conquistó al mundo jugando a la pelota, sale en todos lados, comienzan a usarlo. Lo subieron al balcón de la casa de gobierno. Es una cosa realmente de república bananera, porque el lugar del futbolista es una cancha de fútbol, o en todo caso la sede de la AFA. Esto tiene que ver mucho sobre cómo somos como país. Si no cambia la sociedad tampoco va a cambiar el fútbol”.

“LA CAMA” DEL MUNDIAL ESTADOS UNIDOS 1994

En este punto, Signorini nombró a Daniel Cerrini, el nutricionista de Maradona en esta copa del mundo. Si bien aparece en las crónicas de ese mundial, no es tan recordado por el ambiente y fue señalado por “el profe” como el principal responsable del doping positivo en ese torneo que derivó en la expulsión del “10” del certamen.

“Era un chico que tenía un gimnasio en el barrio Belgrano, en la calle 11 de septiembre para ser más preciso. Fue una negligencia inexplicable. Se le terminó uno de los energizantes que le daba y lo cambió por otro que consiguió en Estados Unidos, y sin darse cuenta se lo dio. Estamos hablando de un profesional que está a cargo de un jugador que está disputando un torneo de esa envergadura. Y eso fue lo que saltó en la prueba. Más allá de que yo creo que hubo manipulación de todo, el poder mismo le cobró una cuenta pendiente que ya era insoportable. El triunfo de Argentina frente a Italia en el mundial del 90 en Napoli fue la gota que rebalsó el vaso. A partir de ahí, los días de Diego estuvieron contados”, explicó.

“Es cierto que la sustancia existió, lo que no tengo registro es del tiempo que se le estuvo proporcionando eso previo al mundial”, aseveró Signorini. Al tiempo que agregó: “Recuerdo que ante las dudas que teníamos todos por la cantidad de pastillas que tomaba, le sugerí al doctor responsable del cuerpo médico, Daniel Ugalde, que hablara con Julio Grondona para que se bajara una especie de circular con la obligación de un control antidoping sorpresa para todo el plantel”. Y en esta línea, marcó que “es probable” que si el pedido hubiera sido sólo a Diego, él se negaría. “Lo habló con Grondona y le dijo que no, que ‘era molestar mucho al plantel’, algo realmente irrisorio. Lamentablemente no se llegó a esa instancia por la negativa del patrón. Después pasó lo que pasó”, completó.

Al momento de realizar la contraprueba, “el profe” contó que la misma estuvo a cargo del doctor Roberto Peiró y que acompañaron junto al abogado de Maradona, Daniel Bolotnicoff, y el asesor legal de AFA, Agricol de Bianchetti. Según comentó, el único autorizado a entrar fue el médico y cuando vio los “tubitos” se percató de que estaban con un precinto donde figuraba el nombre de la sustancia, cosa que es imposible de aceptar, ya que los protocolos exigen que al momento de ir a buscar la sustancia nadie puede decir lo que vas a buscar.

“Entonces él (Maradona) obviamente se negó. Se retiró, se lo comunicó a Bolotnicoff, lo llevaron con Agricol de Bianchetti, hablaron con David Pintado, que era el presidente de River, que lo llamó a Grondona y le pasó con Peiró para que conversaran directamente. Roberto le contó a Julio lo que pasó y que por eso iban a presentar una denuncia, para que quedara invalidada la contraprueba y así Diego quedaba habilitado para jugar inmediatamente”, aseguró Signorini. Pero don Julio, “le pidió por favor que no hablara más del caso con nadie, que lo había retirado”. “Grondona siempre hizo lo que quiso desgraciadamente y así quedó el fútbol argentino”, marcó.

Aún así, lo que nunca le “terminó de cerrar” al preparador físico es que, en una competencia de nivel mundial, si bien un jugador que no cumple con las condiciones que estipula el reglamento debe ser sancionado, el “responsable de la única federación que presenta al único jugador en esas condiciones también tendría que ser castigado, pero nada de eso ocurrió”. “Cuando terminó el mundial, Julio Grondona fue nombrado como vicepresidente de FIFA y como presidente de la comisión de Finanzas, sin ni siquiera saber hablar inglés”, cuestionó.

PRESENTE Y FUTURO DEL FÚTBOL ARGENTINO

Respecto del protocolo sanitario que presentó la AFA para retomar los entrenamientos a principios de agosto, Fernando Signorini se mostró escéptico al decir que “ve difícil” el retorno del fútbol en lo inmediato. “Estos últimos días tuvimos récord de víctimas. Creo que es una expresión de deseo, la verdad no lo sé. Habría que calmar un poco las ansias porque hay otras actividades más urgentes que recuperar”, expresó.

Además, se fijó en las divisiones inferiores y en el aspecto más político, al indicar que “hay chicos y por ellos tendría que ir el sindicato, la AFA, que una vez por todas reconozcan que sin el jugador de fútbol esto no funciona”. Pero también, “si el jugador no se decide de una vez por todas y asume su rol que le corresponde como para tener participación en las decisiones del comité ejecutivo, esto va a continuar así”. “Es una muy buena idea que ahora estén Sebastián (Verón) en Estudiantes, Román (Riquelme) en Boca y comiencen a asumir roles para los que fueron llamados”, completó.

Respecto del futuro del fútbol, confesó que no es “para nada esperanzador”, porque “si no cambia la sociedad no va a cambiar el fútbol”. “Está muy mal, hay mucha frivolización, mucha estupidización de las masas a través de los medios. Las redes sociales, en donde hoy se publican toda especie de tonterías. Entonces, ¿por qué va a cambiar el fútbol?”, remarcó.

“Han cambiado los hábitos culturales. Antes los pibes en los barrios jugaban entre seis y ocho horas al fútbol, y hoy ese tiempo lo ocupan con la tecnología. Entonces lo que vimos, no lo vamos a ver más. Todo está cambiando, y todo está evolucionando hacia otra cosa”, reflexionó Signorini. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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