Para las obras de la clínica de Temperley, IOMA contrató a una empresa con un gerente muerto

Las obras en la ex clínica Comahue de Temperley continúan avanzando. Lo que será el primer hospital exclusivamente del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) tiene fecha de inauguración para el 17 de julio. Sin embargo, muchos interrogantes quedan sin resolver.

El IOMA llegó a un acuerdo para explotar el nosocomio, que viene de un polémico vaciado en el 2018, dejando una deuda apabullante. Para este propósito, destinó unos 50 millones de pesos a pesar de aún contar con escandalosos atrasos en los pagos a proveedores de toda índole. La lección es que el dinero está, pero solo para lo que conviene.

A pesar de que el IOMA presentó en las últimas semanas doce denuncias penales contra la Asociación Médica Platense (AMP) por una presunta defraudación, no tuvo miramientos a la hora de gastar una suma multimillonaria para apostar a un nuevo socio de la provincia: nada más y nada menos que Damián Gerardo Capparelli, un empresario de Berazategui que tuvo problemas legales por, justamente, estafar a IOMA.

En efecto, el organismo que conduce Homero Giles avanzó en el alquiler de una clínica en la que había tenido problemas el propio Capparelli, quien fuera detenido en el marco de una causa que investiga una estafa en perjuicio del IOMA y a una afiliada de la obra social. De hecho, los fiscales Carlos Arguero y Esteban Lombardo lo mantuvieron preso bajo el cargo de “fraude y estafa en perjuicio de la administración pública”.

La doble vara moral de un organismo cuestionado hasta el hartazgo, como lo es IOMA, no tiene fin. El edificio que ahora pretende inaugurar fue rechazado en todas las fiscalizaciones sanitarias que tuvo, por lo que jamás pudo ser habilitado como clínica. A modo de ejemplo, la terapia intensiva tiene dos niveles con un escalón en el medio del lugar, algo inadmisible acorde a las normativas vigentes.

Entre las empresas elegidas por el gobernador Axel Kicillof, quien recientemente se vio envuelto en una polémica por haber contratado OSDE y ni siquiera tramitar su carnet de IOMA, para llevar adelante la refacción de la ex clínica Comahue, se escogió a Blue Comm, que también es poseedora de un interesante prontuario.

Blue Comm nació en el año 2015. Registra sólo tres empleados en los expedientes de la AFIP y, acorde al balance del año 2019, sólo ganaron 516 mil pesos, lo que claramente ni siquiera alcanza para cubrir los salarios. Actualmente, se encuentra en situación 3 por una acumulación de deudas en la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA); es decir, no podría ejecutar trabajos para el estado provincial.

Pero eso no es todo: según los registros vigentes de la nómina de socios, su gerente es Carlos Eduardo Márquez, quien falleció en el año 2018.

De existir un documento privado que avale el reemplazo del gerente, aún no ha sido hecho público.

Entre sus consumos en el Banco Río y el Banco de la Provincia de Buenos Aires (BAPRO), los propietarios de Blue Comm tienen una deuda que supera los 2.7 millones de pesos. A pesar de ello, entregaron ocho cheques sin fondos por un total superior al millón de pesos, y tienen once juicios iniciados por la AFIP.

La elección de socios de la provincia de Buenos Aires a la hora de llevar adelante un emprendimiento resulta un recordatorio final de que la vara moral de la política bonaerense es, como mínimo, maleable. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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