En plena pandemia, la Mesa de Enlace profundiza su división

La reciente foto del titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, junto al presidente Alberto Fernández el 9 de julio pasado, es una postal de la división que existe en el seno de la Mesa de Enlace agropecuaria. Esta imagen generó un fuerte disgusto dentro del gremialismo rural, tal como lo expresó el ex presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías, referente durante el conflicto de la “125”.

En un mensaje que circuló por grupos de WhatsApp vinculados al sector agropecuario, Llambías expresó su disgusto por la actitud de Pelegrina. “Debo expresarles que hoy (por el 9 de julio) se ha terminado de destruir esa unidad basada en ideales de país”, sentenció y por si quedaba alguna duda, agregó: “No tengo dudas que los productores verán claramente que, quienes traicionaron los principios fundamentales que nos llevó a unirnos en el 2008, no fue CRA”.

Las críticas no cesaron en ese punto. El ex directivo de CRA también arremetió contra los “presidentes de entidades con cargos públicos”, en referencia a Carlos Iannizzotto, titular de Coninagro, que ocupa un puesto en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), presidido por Mario Cafiero.

En el contexto de la actual gestión del Frente de Todos, el gremialismo rural jamás pudo exhibir un frente común. Tras una primera reunión a finales de 2019 con el entonces candidato a presidente, Alberto Fernández, la Mesa de Enlace le entregó un plan de catorce puntos para el sector, en donde el pedido excluyente era que no se incrementen los derechos de exportación a la producción granaria.

La discusión por la suba de retenciones en soja dejó en evidencia la fragilidad de ese espacio. Mientras CRA encabezó la postura más crítica, junto a la SRA, el resto de las entidades no acompañaron. La diferencia más visible fue con Federación Agraria Argentina (FAA), que apoyó en parte algunas de las ideas del gobierno nacional en ese tema, como la devolución de retenciones a productores sojeros de hasta 1.000 toneladas.

En el contexto de aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus, las entidades que representan a los trabajadores del campo transitan senderos separados. Por el lado de la Sociedad Rural, Pelegrina se encuentra enfrascado en una feroz interna a partir de su decisión de pedir al gobierno ayuda para el pago de los sueldos de la entidad.

Una vez más, deberá revalidar su mandato en elecciones, está vez frente a Nicolás Pino, que cuenta con el apoyo del ex ministro de Agricultura Luis Miguel Etchevehere, también ex presidente de la Rural y que protagonizó escándalos durante su mandato. El más recordado fue el pedido del bono de 500 mil a la SRA cuando dejó su cargo para desembarcar en el ministerio de Agroindustria, durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri.

La dirección de FAA siempre mantuvo diálogo con el actual gobierno y apostó al tratamiento diferenciado para los pequeños productores en materia impositiva. Con ese perfil, siempre hubo cortocircuitos con el resto de la Mesa de Enlace –sobre todo CRA- que se mostró reacia a cualquier modificación en el esquema de derechos de exportación. En estos días, los confederados, encabezados por su presidente Jorge Chemes, levantan la bandera de la crítica más fuerte a las políticas agropecuarias del oficialismo. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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