Junín: Por la falta de gestión, al intendente Petrecca le explotaron los casos de COVID-19

Según advirtió, la pandemia no hace distinciones entre partidos políticos ni entre ricos y pobres. En ese marco, pidió que se tome conciencia y se respete el aislamiento, especialmente en lo que respecta a los adultos mayores, que son los más expuestos a esta epidemia. Además, pidió “que Dios ilumine a aquellos que tienen poder de decisión y que luchan a destajo para encontrar la cura definitiva del mal que aqueja al mundo”.

Cuando asumió, Sebastián Meneses había recibido un hospital hecho hilachas: “El distrito de Alem cuenta con cinco ambulancias, Junín con solo una y en febrero se cayó parte del techo del tercer piso”, indicaban las noticias que circulaban en los diarios de entonces. Era tanta la deuda con los proveedores que aún hasta el día de hoy el hospital tiene dificultades para adquirir prótesis. En 2015, por caso, fue aprobada la compra de la pastilla para el resonador que comenzó a funcionar casi cuatro años después. Diálisis tuvo cuatro meses de inactividad y, cuando Cambiemos dejó la administración, quedó dispuesta una capacidad de atención de cinco pacientes, cuando tendría que haber sido de treinta.

El drector del hospital Interzonal General de Agudos de Junín, Sebastián Meneses.

Que en el hospital Interzonal General de Agudos de Junín no haya picaportes en las puertas y estén “agarradas con cinta”, expone una desidia administrativa de una incompetencia gigante. El elevador sin techo; escaleras mugrientas y paredes en mal estado retratan el paisaje Pro de una gestión que había prometido cambiar todo para mejorarle la vida a los vecinos. Entre la “pesada herencia”, las promesas infundadas, las huelgas, los paros y la suciedad, se debaten sin consuelo los pacientes del hospital Abraham Félix Piñeyro. 

Y a pesar de las condiciones en las que encontró el hospital Sebastián Meneses, ahora aquellos que maladministraron la salud pública tienen el desparpajo de criticar: los que hoy se rasgan las vestiduras crearon una pandemia sin virus, en el marco de la cual el intendente Pablo Petrecca recibió 63 millones de pesos entre provincia y nación. 

El jefe comunal local y el doctor Carlos Lombardi, a cargo del área de Salud del municipio, dejaron sentado que en caso que el hospital tuviera falta de camas (probabilidad cierta porque no solamente atiende COVID-19 sino patologías diversas de pacientes provenientes de otras ciudades), la primera opción de derivación sería el complejo Pioneer y otras alternativas como las instalaciones de la UNNOBA, nosocomios privados. En caso que la situación trascienda esos ámbitos, se habilitaría una carpa. Pero desde abril que Gas Junín no se encarga del gas para calefaccionar la carpa, lo que pone en riesgo de operatividad las camas de ese lugar.

Junín lidia con un ejecutivo que, en pleno pico de pandemia, decide no controlar el aislamiento ni la distancia, jugando con la vida de una población que ante la insania del marketing de “libertad” sale irresponsablemente a contagiarse frente a la pasividad de las autoridades municipales y los dirigentes políticos, tibios unos y cómplices otros.

Así están las cosas en el partido de Junín. Mientras el virus hace estragos en la población, Petrecca sigue la puesta en escena sin detallar el destino de los fondos, tanto los que son fruto del pago de los impuestos como los recibidos desde la gobernación por la emergencia sanitaria.

El gobierno hace agua por donde se lo mire y a todo esto se le agrega la falta total de transparencia y las denuncias por corrupción que están en la Justicia bonaerense. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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