Las ambiciones electorales se cuelan en la hendija del COVID-19

El coronavirus se desparrama, incontrolable, por las provincias argentinas. Jujuy colapasada y con sus autoridades esquivándole el bulto a la responsabilidad, prácticamente se fugaron. San Juan debió retrotraer su fase de cuarentena, mientras que en Santa Fe, Perotti analiza tomar una decisión similar, y Schiaretti en Córdoba parece ignorar los datos de la realidad e insiste en continuar con su política de apertura. En Mendoza los casos crecen y Río Negro y Chaco no consiguen mejorar. El resto del territorio presenta, con altibajos, las mismas situaciones de riesgo y de tensa expectativa.

Mientras que las autoridades del AMBA -CABA y provincia de Buenos Aires- hablan de un “aplanamiento” de la curva, los datos de la realidad parecen desmentirlas. En la city porteña se han formulado numerosas denuncias sobre la manipulación de los datos por parte del gobierno y en provincia la situación en varios distritos es perturbadora.

Este domingo, circuló un mensaje de Norberto Di Próspero, secretario general de la Asociación del Personal Legislativo, en el que anunciaba la cesión del predio del polideportivo del sindicato, ubicado en la localidad de Castelar, a solicitud del intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, para montar un hospital de campaña.

Di Próspero llamó la atención sobre la gravedad de la situación y la urgencia del requerimiento, que le obligó a tomar personalmente la decisión, sin poder consultar a las instancias sindicales pertinentes. 

 La misma situación se reproduce en distintos distritos del conurbano. En Lanús, por ejemplo, directamente se recomienda a los sospechosos de contagio aislarse en sus domicilios durante siete días, ya que está desbordada la posibilidad de realizar hisopados.

Mientras que las autoridades políticas de todos los signos pretenden distraer la mirada de una sociedad que convive alegremente con el virus y la amenaza de muerte, preocupada ante todo por la situación económica -según revela la última encuesta de Management & Fit-, la pandemia crece a niveles perturbadores. Mil muertos entre marzo y junio, otros mil entre junio y julio, y casi 4 mil desde entonces hasta el día de hoy muestran la magnitud de la catástrofe.

En la última reunión del Consejo Federal de la Salud (COFESA), realizada el jueves pasado, las autoridades de la nación reconvinieron duramente a las provincias por las demoras en la carga diaria de los datos de los nuevos contagios. La desidia y la escasa rigurosidad de varias de ellas, ante el crecimiento exponencial de los infectados en los últimos treinta días, perjudica notablemente la instrumentación de las medidas más elementales para afrontar el colapso. Fallecidos y contagiados son comunicados con días, semanas y hasta meses de atraso.

Río Negro y Mendoza son las dos provincias que más preocupan ante la posible expansión de los contagios, y Santa Fé, Córdoba y San Juan se han agregado en las últimas horas. El caso de Mendoza resulta rayano con la irresponsabilidad, ya que pese a la multiplicación abrupta de los casos continúa con las aperturas y la promoción del turismo.

Algo similar sucede con el caso de Córdoba, para la que el ministerio de Salud de la Nación publicó datos gravísimos -cerca de un 40 por ciento de testeos positivos- que desmienten los difundidos por la administración de Schiaretti, que sólo admite entre un 10 y un 12 por ciento.

Pero la campaña electoral pasó a ocupar el centro de la escena política y la manipulación de los datos por parte de varias administraciones es denunciada constantemente. En el caso de la CABA, la política de aperturas y su poco transparente comunicación de los datos, blindaje mediático de por medio, parece estar funcionando a la perfección, a punto tal de que Horacio Rodríguez Larreta ya ha desplazado al presidente Alberto Fernández en imagen positiva, detentando ahora el primer lugar. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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