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29 de agosto de 2020 | Séptimo Arte

Un distinto en la industria

Richard Linklater, el director que mejor retrata la espontaneidad

Kim Krizan trabajó con el norteamericano como guionista y actriz en varios de sus proyectos. En 2005 estuvo nominada al Óscar por su trabajo en “Antes del atardecer”. “Cuando la escribimos en 1993 lo pensamos con un final definitivo, no en una trilogía. Pero quedó en el imaginario de la gente y Richard me invitó a escribir la secuela”, contó.

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por:
Federico Carestia

Richard Linklater es uno de esos directores independientes que siempre sobresalen. Ya sea por encontrar la mejor forma de contener una historia que hable sobre los vínculos, o por ser capaz de encarar un proyecto que implique rodar con los mismos actores por 12 años, el realizador lo tiene todo. Entre sus grandes proyectos, además de “Boyhood” o “Dazed and confused”, aparece la trilogía "Before". Se trata de tres películas protagonizadas por Julie Delpy y Ethan Hawke: Antes del Amanecer, “Antes del atardecer” y Antes del anochecer; en donde dos jóvenes que se conocen en un tren se reencuentran en diferentes etapas de sus vidas.

La pasión y la química que transmiten los protagonistas es algo que ha dado que hablar durante mucho tiempo. No hay fan del género que no ame la historia creada por Linklater y Kim Krizan en la década del 90.

Resulta interesante hablar de cómo nació el concepto de la película que logró expandirse hasta ser una saga de tres cintas. Según cuenta Krizan, conoció a Linklater mientras audicionaba para su primera película, “Slacker” (1990), y fue cuando le contó que estaba trabajando en una tesis sobre la escritora Anaïs Nin que el realizador le pidió leer su trabajo y al tiempo la invitó a escribir el primer libreto. "Fue una sorpresa, nunca había hecho un guion", aseguró.

RP.- ¿Cómo nació Antes del amanecer?

Me dijo que su idea era hacer una historia sobre un chico que conoce a una chica. Sabía que le gustaba que sus películas tuvieran una estructura de tiempo limitada. “Slacker” transcurre en una noche, lo mismo que “Dazed and confused”. Le conté sobre mis viajes sola por Europa, en los que conocí gente en el tren, se lo propuse como esqueleto. A veces tenía conversaciones increíbles con una persona, recorriendo un pueblo, y después nos separábamos. Le pareció una gran idea.

RP.- ¿De qué forma la desarrollaron a partir de eso?

Propusimos distintos temas de conversación que podían ocurrir en esa noche. Iba a transcurrir en San francisco, pero consiguió auspicio para rodar en Austria. Ahí repensamos todo, no queríamos que los dos personajes fueran norteamericanos.

RP.- ¿La pensaron como una trilogía desde su concepción?

Cuando la escribimos en 1993 lo pensamos con un final definitivo, no se pensó para nada en una trilogía. Pero quedó en el imaginario de la gente y Richard me invitó a escribir “Antes del atardecer”, la secuela.

RP.- ¿Qué le planteó en ese momento?

La idea era ver qué habría cambiado, cuáles podrían ser las complicaciones de ese encuentro, si seguían sintiendo lo mismo. Se sacó gran parte de la historia, es una película muy corta.

RP.- Además de escribir, actuó con él ¿Cómo fue la experiencia con Linklater delante de cámara?

Nunca había actuado y una amiga me dijo que tenía que ir y audicionar para esta película chiquita, “Slacker”, para la que me terminé quedando con el papel. Fue interesante porque no había guion. El resto de las mujeres y yo nos tuvimos que reunir para hacer un ensayo y ahí Richard me pidió que interprete al personaje escéptico y cínico. Al tiempo, me ofreció audicionar para “Dazed and confused”, era para la maestra que hace el discurso sobre el bicentenario de los Estados Unidos y en ese caso me tuve que aprender un monólogo.

RP.- También tiene una participación en Waking Life ¿De qué forma se dio?

Cuando me invitó a actuar en la película, todavía no tenía ese nombre. Me preguntó de qué me gustaría hablar y de forma espontánea hice este discurso que daba con estudiantes mientras enseñaba escritura. Hice una exposición sobre el lenguaje, el amor, las palabras y cómo conectamos con otro a través del lenguaje. Y me dijo: "¡Eso! ¡Es genial!". (www.REALPOLITIK.com.ar)


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