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31 de agosto de 2020 | Legislativas

Reforma judicial

En el momento de mayor impacto de la pandemia, JxC le declara la guerra a Sergio Massa

Los números de la pandemia crecen exponencialmente. Poco más de un mes atrás rondabamos las 3 mil muertes. Para el mediodía de ayer los decesos habían escalado a 8401, y las víctimas eran 401.239. Los infectólogos han declarado que este último número debe multiplicarse por 8 o por 10, lo que nos daría alrededor de 4 millones de infectados. 

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por:
Alberto Lettieri

Pero la oposición política y los medios que le sirven como blindaje y como canal, hace rato que han dejado de prestarle atención. La carrera electoral se ha disparado hace semanas, sobre todo al interior de Juntos por el Cambio, y los sectores más radicalizados han marcado el tono del discurso. Oposicionismo a pleno, negación de la pandemia, impulso a la apertura prácticamente irrestricta de todas las actividades. Incluso, en la CABA, el hasta ahora moderado Horacio Rodríguez Larreta insiste en extender un cheque para el contagio de los niños que ya son víctimas de la brecha social y digital, insistiendo con la reapertura de las escuelas. Una decisión en la que el respeto de la vida humana pasa a un último plano. San Juan ya lo intentó, y debió volver atrás inmediatamente.

Pero la puja por el poder no admite límites ni consideraciones éticas. El oposicionismo es la clave adoptada por JxC. Saben que el supuesto “votante racional” es un mito. Sólo paga la oposición radical e irrestricta a cualquier medida que impulse el gobierno del Frente de Todos. El tercio antiperonista que habita nuestra sociedad así lo exige.  

Ya no hay anuncios en triunvirato. Ni siquiera políticas comunes. Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Miguel Pichetto consiguieron quebrar el brazo a los moderados y racionales. Tal vez su fuerza política se limite a esto. El costo lo pagaremos todos. 

La sesión del jueves pasado del Senado de la Nación, en la que se dió media sanción al proyecto de Reforma Judicial, terminó por embarrar la cancha. La única opción de la oposición para frenarlo consiste en bloquear su aprobación en la cámara baja y utilizar toda la munición gruesa de la que dispone a través de medios amigos y operaciones en las redes sociales para predisponer a los argentinos en contra del avance de la reforma de un poder que, desde hace décadas, es el más descalificado por la opinión pública argentina. 

Por esta razón, cuando el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, convocó a una sesión extraordinaria a petición del titular del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, la negativa fue inmediata. “Si se la convocara bajo modalidad virtual y sin el consentimiento de todos, como dice la resolución que aprobó el protocolo vencido, sería una sesión irregular”, aseguró el diputado de la UCR, Gustavo Menna.

Como es habitual, la posición de JxC fue fijada por el Pro y la Coalición Cívica, y luego se sumó la UCR, siempre a la rastra, con una sumisión que ya no sorprende en un partido que está al filo de los 135 años de existencia.  

El argumento opositor es que el protocolo para las sesiones remotas ha caducado y que sería necesario acordar uno nuevo. Es por esta razón que anticiparon que la próxima jornada 116 diputados opositores se sentarán en el recinto. La mayoría deberá trasladarse de sus respectivas provincias en automóviles, justo en el momento de mayor impacto de la pandemia. No les fue bien y hubo varios contagios cuando ensayaron una movida similar en el pasado, con un virus mucho más benévolo. Los números no mienten: el presidente Alberto Fernández subrayó este sábado en un programa televisivo la relación directa entre las convocatorias anticuarentena de la oposición y el incremento exponencial del número de casos. Pero la vida no parece ser un bien demasiado significativo para JXC. Ni siquiera la de los propios legisladores.

La sesión el próximo martes fue convocada por Sergio Massa para el tratamiento de los proyectos de ley de Auxilio a la Gastronomía, el Turismo y Contra la Pesca Ilegal. Del lado de JxC argumentan que se trata de una excusa para imponer el tratamiento sobre tablas, de manera remota, de la Contribución Extraordinaria a la Riqueza y la Reforma Judicial. El propio Menna aseguró: “La reforma judicial de ningún modo se puede tratar de manera virtual. Nos preocupa que el martes se genere un precedente que nosotros no vamos a convalidar”. JxC anticipó que, en caso que se insista en sesionar de modo remoto, judicializará la sesión. Nada nuevo, por otra parte. Tal vez su cohabitación con Comodoro Py sea uno de los principales motivos que estimulen la negativa a rajatabla de la Reforma Judicial por parte de la oposición.

Hasta el momento, en las sesiones remotas sólo estaban presentes las autoridades de la cámara y los jefes de bloque, en el marco de rigurosos protocolos sanitarios. Una vez más, JxC insiste en desafiar las normas básicas de respeto a la vida. “Como está vencido el protocolo, en Juntos por el Cambio se da por entendido que desde la presidencia de la cámara baja se tomaron las medidas sanitarias para realizar la sesión de manera tradicional. Por este motivo, los bloques que conforman el interbloque decidieron estar presencialmente el martes en el recinto de sesiones”, afirmaron desde la UCR. 

El protocolo acordado venció el 6 de agosto, pero el argumento no deja de resultar falaz, ya que la expansión del contagio -no sólo en nuestro país sino a nivel universal- aconseja duplicar los cuidados y restricciones. Pero la ambición política impone su voracidad a toda otra razón, incluido la protección de la vida humana. La propia UCR se encargó de poner negro sobre blanco: "Después de lo que pasó en el Senado el pasado jueves con la escandalosa aprobación de la ley de Reforma Judicial estamos muy preocupados y en alerta”. JxC exige alcanzar un consenso sobre el temario a tratar, ya que confía en que les “quieren meter el impuesto a la riqueza por la fuerza". 

“No violamos ninguna ley, somos diputados, podemos circular y sesionar”, aseguran. Este sábado, en una reunión por Zoom de los legisladores de JxC, privaron las intervenciones explosivas y ni siquiera faltaron los que propusieron crear un Congreso paralelo, como en el caso venezolano. Creen que actitudes y declaraciones explosivas y desestabilizadoras obligarán a Sergio Massa a negociar el temario.  

Aún en el caso de que las suspicacias de la oposición fueran ciertas, la adopción de una estrategia que podría profundizar los niveles de contagio por imitación de su electorado no parece una opción razonable. Aunque sí muy efectista. 

De este modo, entre aperturas constantes en la CABA, discursos anticuarentena de la oposición y declaraciones trasnochadas de políticos que hace tiempo se niegan a aceptar que su hora ha pasado, el COVID-19 encuentra su caldo de cultivo en la sociedad argentina. 

Hasta este domingo al mediodía eran 8401 los muertos por la pandemia. Pronósticos moderados nos hablan de que al menos llegaríamos, en breve, a los 20 mil decesos. JxC insisten en provocar el “efecto manada”. Una tesis que ha sido archivada a nivel internacional a partir de las nuevas oleadas, mutaciones y recontagiados del COVID-19. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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