
Municipales
El anuncio de la reasignación de las partidas de coparticipación que formuló el pasado miércoles el presidente Alberto Fernández, para destrabar la insurrección policial en la provincia de Buenos Aires, repercutió inmediatamente en la interna por la disputa por la presidencia de la UCR.
El clima interno ya era tenso y las acusaciones cruzadas se reiteraban. Pero los anuncios de Alberto Fernández generaron un nuevo eje de conflicto. En un principio, los intendentes de Juntos por el Cambio, que se identifican con la gestión de María Eugenia Vidal, aparecieron en el acto presidencial para inmediatamente después tomar distancia y asegurar que, de haber sabido el contenido del mensaje, no hubiesen asistido. Sin embargo, la mejora en las partidas destinadas a seguridad impactarán inmediatamente en su propio beneficio, ya que serán sus principales beneficiarios. Otro caso en el que el internismo se privilegia ante el bien común.
La disconformidad expresada por Diego Valenzuela, Nestor Grindetti y Jorge Macri por el perjuicio que significaba esta decisión para su socio político en la ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, contrastó con el apoyo que le brindó el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien reconoció la medida como una deuda histórica hacia la provincia y además aseguró que "en estas condiciones -el cuartelazo policial-, la provincia es inviable".
La dura interna que atraviesa a Juntos por el Cambio salió nuevamente a la luz. La campaña por la elección del reemplazante en la presidencia de la UCR del ex vicegobernador de Vidal, Daniel Salvador, se desarrolló en medio de la pandemia y no siempre en términos cordiales. El histórico intendente de San Isidro, Gustavo Posse, salió a disputar el control del partido al vidalismo - salvadorismo, que levantó la candidatura del legislador bonaerense Maximiliano Abad, quien preside el bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. En tanto Abad representa principalmente al radicalismo joven y del interior de la provincia, donde el histórico partido manifiesta mayor fortaleza, Posse encuentra sus principales respaldos en los cuadros de más edad y en la propia ciudad de Buenos Aires. Esto incluye la bendición de Martín Losteau y de Enrique “Coti” Nosiglia, quienes ahora se ven en un brete ya que la cuestión coloca de un lado a su candidato provincial y, del otro, a su aliado en CABA, Horacio Rodríguez Larreta.
Ya que la ambición de Martín Losteau consiste en suceder a Larreta en la jefatura de Gobierno porteña, y se desempeña como senador nacional por CABA, inmediatamente salió a oponerse a la decisión de Alberto Fernández. Pero esto lo coloca en compleja situación en la provinica, ya que debe apoyar a un candidato que expresa una posición antagónica al respecto. Y, en caso de soltarle la mano, literalmente le regalaría la provincia a María Eugenia Vidal y a los radicales salvadoristas.
En el sector de Posse - Losteau - Nosiglia confían en que aparezca una nueva bomba mediática que silencie el debate actual lo antes posible. Sin embargo, con la velocidad con que se suceden los hechos en la política argentina, sus expectativas no parecen ser ilusorias. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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