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3 de octubre de 2020 | Nacionales

Inflación, el impuesto de los pobres

Devaluación en puertas

Primero fue la ampliación del corralito para la compra de dólares. No sólo sirvió para devaluar a Martín Guzmán. También profundizó la caída de la ya casi inexistente credibilidad del gobierno nacional, incluso dentro de sus propias filas. Y agravó la incertidumbre sobre los precios del mercado interno.

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Lejos de frenar presión sobre el dólar, el Banco Central debió seguir vendiendo para evitar una disparada mayor. Es síntesis, la medida propuesta por el radical Miguel Pesce, y avalada por el presidente Alberto Fernández, sólo sirvió para echar más leña al fuego. Si su objetivo fue impulsar el ahorro en pesos, consiguió exactamente lo contrario. No fue sorpresa: a Alfonsín y a De la Rúa les había pasado lo mismo. Se les advirtió en su momento, no quisieron escuchar.

Este jueves se anunciaron las nuevas medidas económicas. Consiguieron unanimidad: todo el mundo se puso en contra. Tal como lo afirmó un consultor mexicano, la Argentina en el contexto internacional es vista como una gomería: parche sobre parche. Sin plan, con cortocircuitos permanentes dentro de la coalición gobernante, con una oposición que no cesa en su intento de hacer saltar al sistema por los aires y amplios sectores del peronismo que buscan desesperadamente una salida de asamblea legislativa como única alternativa para evitar que el hundimiento sea irreversible.

Las medidas anunciaron recientemente se parecían a las llamas que entregó el gobernador Gerardo Morales a la Gendarmería. No se puede frenar una invasión nuclear con un revólver a cebitas. ¿Cuál sería realmente el incentivo para liquidar la soja con una disminución del 3 por ciento en las retenciones? Si en lugar de pagárseles 52 pesos por dólar se pasa a 54 y sólo por un mes, contra una cotización en el mercado del blue que escaló a 153 en el día de la fecha, como respuesta a los anuncios del equipo económico del gobierno… ¿Cuál sería el incentivo? En silobolsas, la soja puede ser utilizada como moneda para pagar servicios o bienes. Una vez liquidada, reduce su valor en al menos un 50 por ciento. “Les hable con el corazón pero me contestaron con el bolsillo”, podría decir el ministro Guzmán, rememorando la célebre frase de Juan Carlos Pugliese durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Ya lo había anticipado el general Perón: “El órgano más sensible es el bolsillo”.

Como contrapartida, la caída en las retenciones incrementará los precios y la inflación en el mercado interno, sin que las arcas del Banco Central se incrementen.

Por más que Alberto Fernández se esfuerza en reunirse con los CEO's de las principales exportadoras, el torrente hemorrágico no cesa. Medidas económicas que se suceden unas a otras, sin lógica ni articulación alguna, visita del FMI, pérdida de credibilidad, suba constante del dólar, rumores de migración de empresas y de sujetos acomodados. Parece un déjà vu de los últimos gobiernos radicales. Un liberal de izquierda debería haberlo advertido antes. Un socialdemócrata alfonsinista también.

Mientras que el presidente insiste en asegurarles a los empresarios que el que manda es él, las iniciativas del cristinismo no se detienen. El archivo de la contribución excepcional a las grandes fortunas –que afecta sólo a empresarios nacionales- y la reforma judicial son dos condiciones que el mercado le exige. Alberto Fernández no puede frenarlas, a riesgo de que le estalle la coalición. En cambio, pone como principal objetivo futuro el impulso de la ley de interrupción voluntaria, segura y gratuita de los embarazos. Una medida sin duda indispensable, pero que divide por la mitad a una sociedad que se encuentra en pleno estado deliberativo. Son medidas que se toman en tiempos de prosperidad y consolidación del poder político. Jamás en un contexto deliberativo de una sociedad.

Mientras se comunicaban las medidas del pasado jueves, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce –que fue excluido del evento de los anuncios-, informaba del abandono del esquema de micro devaluaciones uniformes diarias o "crawling peg" y su reemplazo de un esquema de mayor volatilidad cambiaria. En castellano liso y llano: abría las compuertas para una devaluación clásica.

"Esa decisión se enmarca en los nuevos lineamientos de política monetaria que abandona las devaluaciones uniformes e introduce mayor volatilidad, por lo que no representará un patrón de comportamiento ni significa que se devaluará diariamente este porcentaje o este valor nominal”, se aclaró desde el Banco Central.

La aclaración cayó en saco roto. Este viernes, sólo un día después de los anuncios de Guzmán y de Pesce, el Banco Central debió vender 150 millones de dólares para contener la estampida sobre la divisa. Pese a esto, el dólar minorista oficial subió 1,25 hasta ubicarse en 81,50 pesos para venta y automáticamente llevó al dólar ahorro en 134,48 en las pizarras del Banco Nación. 

La brecha cambiaria siguió incrementándose, y el contado con liqui subió 3 por ciento y atravesó los 150 pesos, aunque luego del cierre bajó a 145,71 pesos (0,1% debajo de su valor del jueves) debido a fuertes ventas de un Nuevo Bono 2030 en dólares. 

El dólar blue, en tanto, subió 6 pesos hasta cotizar a 153 para la venta y 149 para la compra. Finalmente terminó cerrando en 150 pesos.

Pero como Miguel Pesce ya adelantó que el dólar oficial abrirá a 77,10 pesos (25 centavos por encima del cierre de este viernes) queda claro que la devaluación se impulsa desde la propia gestión. 

¿Después de las medidas del jueves pasado qué será lo que viene? La pregunta resulta incómoda para el gobierno nacional, que ruega por una victoria de Biden, la llegada de los dólares del acuerdo de la gestión Macri con el FMI y que quedaron congelados o un entendimiento económico y financiero con China. Sin un plan estratégico, cualquiera de las opciones sólo significará un somnífero para dilatar la agonía. 

“The answer, my friend, is blowin’ in the wind”, afirmaría Bob Dylan. Claro que el poeta y cantautor norteamericano nunca se propuso ejercer la presidencia de los Estados Unidos. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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