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12 de octubre de 2020 | Provincia

Polémica en puerta

Continúa el caos en el hipódromo de La Plata, con nuevos casos de coronavirus

Luego de que el subadministrador Javier Denis amenazara a los médicos que advirtieron el caos sanitario, un jockey, un reconocido cuidador de caballos y personal administrativo del organismo habrían dado positivo por COVID-19.

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Lejos quedaron los años de esplendor del circo hípico platense, cuando familias de toda la provincia de Buenos Aires se tomaban el tren para asistir a tiempo a las carreras, con apostadores ataviados en traje y corbata, con instalaciones mantenidas al detalle y voluminosas apuestas. Hoy, vaciamientos, corrupción e inoperancia mediante, el hipódromo de La Plata pareciera no ser más que un montón de edificios en estado de demolición, muchos de ellos directamente clausurados y abandonados, con un puñado de apostadores jugando los pocos pesos que les quedan.

La pandemia del coronavirus clausuró la actividad durante siete meses, en lo que fue un empujón más en dirección al precipicio de lo que ya se transformó en una actividad tan intrascendente para la sociedad como inviable para las arcas de la provincia. Lo único que mantiene con vida, atrapado a un respirador artificial, al hipódromo platense, son las familias que aún viven de él.

Cuando el presidente Alberto Fernández decidió exceptuar de la cuarentena a los empleados de hipódromos y agencias hípicas, el cuerpo médico del hipódromo de La Plata en su totalidad advirtió que las condiciones de salubridad e higiene no estaban dadas para retomar la actividad. El predio, cada vez más viejo, sucio y abandonado, difícilmente pueda ofrecer la infraestructura necesaria para una situación excepcional como la presente. Al mismo tiempo, manifestaron en una carta firmada no tener insumos básicos como Pervinox, alcohol en gel, antiparras, barbijos o mamelucos.

La inquietud fue trasladada en primer lugar al gerente de Actividades Hípicas, Fabián Cipolla, quien no supo qué responder. No fue una sorpresa para nadie. Cipolla, caratulado por los propios médicos como un “tibio que llegó a su cargo por ósmosis”, no pareciera tener una respuesta certera a prácticamente ninguno de los problemas que aquejan al circo hípico.

Horas después, los profesionales de la salud se dirigieron al subadministrador del organismo, Javier Denis. El resultado fue aún peor. A pesar de la preocupación de los médicos, quienes aseguraron que “no se podía garantizar la integridad física de las personas que estén en el establecimiento”, Denis sólo alcanzó a responder con una amenaza: “Los voy a partir al medio”.

La falta de profesionalismo, la corrupción y las amenazas de las autoridades provocaron un desenlace tan anticipado como previsible. Pocas horas después del comienzo de las carreras, se confirmaron las noticias de un hisopado positivo de coronavirus en uno de los jockeys. Al poco tiempo, se sumaron numerosos trabajadores administrativos quienes presentaron síntomas compatibles con el virus y hasta un reconocido cuidador de caballos, que tuvo que ser internado.

Denis, quien es oriundo de Laguna de los Padres y cobraba un oneroso salario a través de Lotería de la ciudad de Buenos Aires, pareciera haber pecado de desconocimiento con respecto a la realidad del organismo que dirige. Las consecuencias de sus amenazas, ahora, las está pagando su propio personal. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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