Alberto Rodríguez Saá anunció su candidatura a la presidencia del PJ, con la lista 17 de Octubre

Recibió su provincia, San Luis, cuando no era mucho más que un territorio agreste, sin capacidad de contener a la población. Poco a poco fueron construyéndose caminos, autopistas, escuelas generativas, nuevas ciudades y hasta libre conectividad al alcance de todos. Con la lógica de equilibrar los ingresos y egresos públicos, generar superávits gemelos y evita los endeudamientos compulsivos, la provincia fue incrementando su capacidad productiva, el acceso a la vivienda a través de créditos hipotecarios a bajísimo interés y largo plazo. San Luis parece una isla en el contexto de las provincias argentinas.

Lejos de considerar que la política es el arte de lo posible, definición que se utiliza habitualmente para justificar el inmovilismo y la declinación, Alberto Rodríguez Saá asegura que los sueños colectivos deben ser la esencia de la política y de los políticos.

“Todos los políticos tienen que ser soñadores y su función es cumplir el sueño. Cuando el sueño es compartido por una enorme cantidad de gente ya se convierte en un sueño colectivo y se convierte en una ideología política que une los intereses en el pueblo de todos esos sueños y ahí viene la conducción política que camina hacia todos esos sueños. Es lo que ha hecho el peronismo en la primera y segunda presidencia de Perón”.

El conductor puntano acepta que el peronismo ha perdido bastante de su esencia revolucionaria original, pero no se resigna a que se trate de algo definitivo. Destaca que la clave de ese potencial fue el trasvasamiento generacional que impulsó Perón, y alerta contra el poder de las burocracias, que pretenden eternizar a actores y situaciones de hecho, desmoralizando muchas veces a los mejor intencionados. La política debe tener un programa -asegura-, definir tácticas y estrategias, y fijarse objetivos de transformación capaces de motorizar sueños colectivos. La síntesis entre el conductor político y esas expectativas sociales caracteriza a las grandes empresas históricas.

Frente a la decisión del consejo nacional del Partido Justicialista de ofrecerle a Alberto Fernández la presidencia partidaria, con lista única y sin consultar a los militantes y referentes territoriales que nutren el espíritu plebeyo y revolucionario del peronismo, su voz fue la única discordante, exigiendo democracia interna y participación de las bases. 

Sabe que las trabas burocráticas son formidables, pero eso no le impide anticiparnos que está dispuesto a dar la pelea, creando su propia Lista 17 de Octubre, Fuerza Argentina, adoptando los clásicos colores de la bandera argentina y peronismo: azul y blanco. 

 Con este objetivo, ya ha presentado nota al presidente en funciones, José Luis Gioja y a la Junta Electoral, adelantando su decisión y llamando la atención sobre diversos requisitos de imposible cumplimiento, que impiden cualquier posibilidad de competencia interna. Alberto Rodríguez Saá, un histórico dirigente peronista que nunca le ocultó el cuerpo a los cambios y a los desafíos, emprende ahora una nueva batalla. Respetado como pocos dentro del universo peronista, en medio de la catástrofe viene a proponernos un sueño colectivo. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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