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19 de octubre de 2020 | Internacionales

El regreso del MAS

En Bolivia, la democracia puso en knock out al golpismo

Un año atrás, las calles de la hermana nación boliviana se cubrieron de sangre. Un golpe de estado clásico, en el que no faltó ninguno de sus condimentos esenciales, puso fin a la experiencia democrática liderada durante más de una década por el presidente Evo Morales.

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por:
Alberto Lettieri

Torturas, persecusiones, intentos de asesinato de las figuras más prominentes del gobierno caído. Informes falaces de la OEA, la visita de la hija de Donald Trump a tierras jujeñas con asesores que se dirigieron al territorio boliviano. Fondos importados del exterior para financiar el golpismo. Fakes news, persecución y deportación de periodistas extranjeros. América Latina se teñía, una vez más, de sangre y de vergüenza.

El pueblo boliviano se aferró a sus tradiciones y resistió la catástrofe. En suelo argentino, sus principales líderes debieron probar el amargo trago del exilio. No fue sencillo. Nunca lo es. El macrismo había respaldado el golpe. El Frente de Todos optó por la democracia. “Por sus frutos los conoceréis”, afirmaba San Mateo (Mateo 7:15-20). Nada para acotar.

En las elecciones de este domingo, el pueblo boliviano, de la mano del MAS, puso knock out a las dictadura cívico militar encabezada por Jeanine Áñez.  Los primeros datos de conteo rápido fueron determinantes: el ideólogo económico y ex ministro de Evo Morales, Luis Arce, obtenía más del 50 por ciento de los votos y 20 por ciento de ventaja sobre uno de los candidatos del golpe, Carlos Mesa

Por suerte, los rumores previos, que hablaban de atentados promovidos por el oficialismo y de un fabuloso fraude electoral, quedaron desmentidos. Sólo a la noche, a causa de la demora en el  conteo definitivo del Tribunal Electoral de Bolivia -que había decidido suspender el conteo provisorio a menos de 24 horas de la elección, generando toda clase de especulaciones- encendió el botón de alarma. Pero una publicación en la cuenta de Twitter de la golpista Áñez trajo la calma: “Aún no tenemos cómputo oficial, pero por los datos con los que contamos, el señor Arce y el señor Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia”, decía.

¿Justamente la cara institucional del Golpe de Estado y presidenta de facto durante un año le recomendaba gobernar pensando a la democracia a los elegidos por el voto popular? “Por sus frutos los conoceréis”.

La postergación no daba para más. Hasta los canales opositores al MAS comenzaron a publicar resultados de bocas de urna y conteos propios. Mesa precisaba que Arce sacara menos del 50 por ciento de los votos, o una diferencia menor a diez puntos en caso de no alcanzar esos indicadores. No pasó ni una ni otra cosa. 
A Camacho, autor y organizador del golpe de 2019, le fue aún peor. Apenas rozó el 14 por ciento de los votos. Los pueblos no olvidan.

Luis Arce fue el ministro de Economía de Evo Morales y el cerebro económico del "milagro boliviano". No es un improvisado, y su victoria invita a auspiciar un futuro optimista para Bolivia. También lo será para nuestro país, ya que el gobierno argentino encontrará un aliado regional democrático ante el desbalance del derechismo empedernido que rige en Brasil, Chile y Uruguay.

En la Argentina, donde habita la mayor colonia boliviana fuera de su territorio, el MAS superó el 75 por ciento de los votos. Un nuevo equilibrio geopolítico podrá comenzar a refedinirse. 

Pero hoy, es una jornada de celebración para la democracia y para América Latina.

¡Al gran pueblo boliviano, salud!


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