Luca Prodan: “Cualquier copia de Bob Dylan es un asco”

Luego de brindar “entre ochenta y cien” shows en Argentina (según indicó ese día el cantante) pero aún antes de que Sumo publicara oficialmente un disco, Roberto Pettinato entrevistó a Luca Prodan en La Zona Fantasma, un segmento que el músico y periodista animaba en Radio Del Plata hacia 1983. La revista Expreso Imaginario (que el saxofonista dirigía desde el ’81) había dejado de salir en enero de ese año, aún faltaban unas semanas para el retorno de la democracia y Sumo acababa de publicar un cassette que se vendía únicamente en sus entonces modestas presentaciones. Se trataba de “Corpiños en la madrugada”, demo de tan solo 300 copias y cuyas canciones luego fueron regrabadas con mejor calidad en “Divididos por la felicidad”, “Llegando los monos” y “After chabón”, los posteriores discos del grupo.

Pettinato aún no se había sumado formalmente a Sumo, sino que participaba en Sumito, uno de los dos grupos satélites de Prodan (el otro era la Hurlingham Reggae Band), aunque su incorporación era inminente: en el verano de 1984 el saxofonista se sumó al viaje que el conjunto hizo a Villa Gesell, ciudad en la que permanecieron durante todo el mes de enero intentando tocar en bares y balnearios mientras le hacían sonido a otras bandas para poder costearse los gastos de alojamiento. Una aventura accidentada y llena de conflictos, al punto que, de regreso a Buenos Aires, Luca se fue a Túnez con su hermano Andrea Prodan para filmar una película y dejó a Sumo en un impasse. Tal como muestra una foto utilizada para uno de los afiches de esa caravana costera, Ricardo Mollo todavía no era parte del grupo y la batería no era tocada por Superman Troglio, sino por Alejandro Sokol.

Así las cosas, Pettinato invitó a Prodan al programa y le realizó la que fue una de las primeras entrevistas al músico italiano en una radio de relativa importancia. Alternando con algunas canciones del demo “Corpiños en la madrugada”, Petti interrogó a Luca sobre varias cosas, pero especialmente sus gustos y sobre los significados de algunos de los temas. 

Fiel a su estilo frontal y cáustico, el líder de Sumo no esquivó ninguna pregunta. “¿Cómo ves, de alguna manera, el movimiento musical en la Argentina?”, le consultó Pettinato casi al principio del reportaje. “O sea, cuando vos viniste de Inglaterra o de cualquier parte y empezaste a escuchar la música nacional, la música de rock: qué era lo que te gustaba o lo que no, y por qué. ¿Cómo te llegaba eso?”, profundizó el saxofonista. La escena local estaba viviendo un especial momento de expansión desde el año anterior, cuando en el contexto de la Guerra de Malvinas los medios restringieron la difusión de canciones en inglés y, de ese modo, los artistas argentinos comenzaron a tener mayor espacio en radios y canales. 

“No sé… para mí eran copias hechas acá de cosas que ya no me gustaban allá”, comenzó respondiendo Luca con convicción pero, a su vez, con una risa irónica. Y enumeró: “Steely Dan, Crosby, Stills & Nash… cualquier copia de Bob Dylan es un asco. Seguro que si vas a Bangkok, hay un Bob Dylan tailandés”.

“Por ahí son buenos músicos -continuó-. Lo único que, a la mayoría, no le gusta tocar en vivo. No sé, tienen medio, parece que es como un deber para presentar un disco y no para llevar su personalidad y su música directo al público, frente a frente. Hay muchos conjuntos acá, músicos famosos que pasan meses ensayando, preparando un Long Play, pero después hacen un recital acá, uno en Santa Fé… no sé”. 

“La verdad, de la gente muy conocida de acá me gustan algunos temas”, retomó. Como ejemplo de esto último mencionó a “Barro tal vez”, canción que Luis Alberto Spinetta había publicado en “Kamikaze”, disco lanzado curiosamente en abril de 1982, mientras transcurría la Guerra de Malvinas. Luca también mencionó a los grupos punks Alerta Roja y Los Violadores. De Riff dijo que “no es que me guste el heavy metal, pero ellos matan, hacen lo que hacen así y no les importa un carajo”, acaso sin saber que en diciembre de ese año se separarían como única respuesta a los crecientes desmanes que se producían en sus conciertos.

Finalmente, sus principales loas a la música argentina terminaron siendo para el folklore. “Me gustan los tipos que se toman una damajuana de vino y después se cantan cuarenta chacareras. Eso me gusta, tiene fuerza en vivo”, arremetió. 

Entre tanda y tanda, Pettinato fue pasando algunas canciones de “Corpiños en la madrugada”. El primero de ellos fue “Banderitas y globos”, y luego le siguió “Virna Lisi”, actriz italiana de la que Luca se “enamoró” en Córdoba a pocos meses de haber llegado a Argentina: el cantante estaba mirando la televisión junto a su posterior manager Timmy McKern y al guitarrista Germán Daffunchio, apareció un filme de ella y “cuando terminó la película hicimos ese tema inmediatamente”.

Si bien la canción fue regrabada por la banda como “TV caliente” en 1986 para “Llegando los monos”, aquella versión originaria se incluyó en “Time, fate, love”, el primero de los dos discos póstumos publicados a nombre de Prodan. El otro, “Perdedores hermosos”, lleva el nombre de un tema que Luca también había grabado en aquella portaestudio en Córdoba y que evidentemente Pettinato había escuchado, ya que en la entrevista radial le pregunta por ella. El cantante le respondió que el título lo sacó de una homónima novela del escritor Leonard Cohen: “Es un tema muy triste dedicado a todos nosotros de Sumo, y a la gente que nos viene a ver. Muchos de nosotros somos perdedores hermosos”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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