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14 de noviembre de 2020 | Nacionales

Segunda entrega

Fútbol para Todos: Una estafa de 1.000 millones de dólares

La investigación de Marcelo López Masía reveló que, tras los primeros años de perdidas que en promedio rondaron los 200 millones de dólares anuales, el gobierno dio luz verde a una doble hilera de LED, elevando el negociado privado a más de 120 anunciantes.

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Recientemente, una publicación de REALPOLITIK resumió parte de la información que el investigador Marcelo López Masía publicó en su libro Kartell, en el que describe con lujo de detalles los oscuros negociados con publicidad privada que atravesaron el reconocido programa Fútbol para Todos, diseñado y llevado adelante por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

En el mismo, se detalla que a pesar de haber asegurado que “los goles estaban secuestrados” por las empresas privadas y que, por ello, prohibía cualquier tipo de publicidad de las mismas durante los partidos, se entretejió un negociado a espaldas de la sociedad, que consistía en permitir las inversiones privadas a través de las pantallas y carteles de LED que rodean las canchas argentinas.

En efecto, la investigación detalla el funcionamiento de “la trampa”, como se la llamó en los pasillos de la Casa Rosada. La firma Publicidad Estática Internacional (PEISA), a cargo de la cartelería, se encargaba de combinar en las vallas de LED las publicidades privadas de primeras marcas que pagan 100 dólares el segundo para aparecer en los partidos. A su vez, la productora La Corte, a cargo de la producción televisiva, se encargaba de ampliar los planos para que durante sesenta de los noventa minutos de partido se vean en detalle las vallas de LED. De este modo, y a pesar de que el gobierno había asegurado que prohibía la publicidad privada, ésta gozaba de plena salud y facturaba millones que luego se repartían entre las agencias de publicidad elegidas a dedo por el propio gobierno.

Pero la investigación que deja al descubierto un negocio de más de 1.000 millones de dólares detrás de Fútbol para Todos no quedó allí.

Entre el 2009 y el 2015, el programa Fútbol para Todos, que se había anunciado como “autofinanciable”, terminó con un rojo equivalente al 98 por ciento de los costos previstos. Esta situación lo obligó a echar mano a recursos de ANSES y el Banco Central, entre otros. Acorde a la investigación de López Masía, el gobierno de CFK perdió 148 millones de dólares en costos del FpT en el 2010; 190 millones en el 2011; 246 millones en el 2012; 214 millones en el 2013; 195 millones en el 2014; y otros 200 millones en el 2015.

Para paliar tales pérdidas, el gobierno habría dado luz verde a una aceleración de “la trampa”, lo que motivó a las empresas La Corte, VHS y PEISA a aumentar la cantidad de anunciantes a 120 e inaugurar una segunda hilera de pantallas dentro de los estadios. En su propio sitio web, la agencia de publicidad VHS Sport muestra entre sus clientes 25 curiosas coincidencias, entre las que se encuentra Presidencia de la Nación, Páginas Amarillas, Movistar, Michelín, Grupo Peñaflor, Coca Cola, Legislatura Porteña y el BBVA, entre otros.

Resulta llamativo que la maniobra haya pasado desapercibida para los titulares de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Gabriel Mariotto y Martín Sabbatella. En total, fue una estafa compuesta de 10 millones de segundos a lo largo de seis años, a un promedio de 100 dólares el segundo. Unos 1.000 millones de dólares, equivalentes hoy a unos 130.000 millones de pesos, que pasaron por las oficinas de ambos sin ningún tipo de objeción. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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