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12 de diciembre de 2020 | Séptimo Arte

Entrevista REALPOLITIK

Tetsuro Shimaguchi, el maestro samurái detrás de “Kill Bill”

El japonés de 50 años fue responsable de entrenar al elenco de la película de Quentin Tarantino en el uso de la espada. En diálogo con REALPOLITIK, contó cómo fue el proceso. “Nos dio la posibilidad de mostrar que la cultura samurái todavía conecta con el mundo moderno”, afirmó.

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por:
Federico Carestia

Con nueve películas en su haber, Quentin Tarantino hace que sus fans tengan problemas para elegir cuál es la mejor de todas ellas. El consenso, sin embargo, hace que la decisión no salga de “Tiempos Violentos”, “Perros de la calle” y “Kill Bill”, que terminó dividida en dos partes.

Sus dos volúmenes, estrenados en 2003 y 2004, le permitieron al director involucrarse con una cultura que admira: la japonesa. No hace falta hurgar demasiado para comprender la pasión que el realizador tiene por el cine oriental y por sus tradiciones en general, que de alguna forma u otra terminan influyendo en sus producciones. 

Uno de los que formó parte del equipo que dio vida a esta saga encabezada por Uma Thurman fue Tetsuro Shimaguchi, un maestro samurái que Tarantino conoció gracias a otro entrenador, Shinichi Chiba, con quien conectó de inmediato y lo invitó a que realizara las coreografías de pelea en “Kill Bill”. Además, le permitió ser uno de los integrantes de “The Crazy 88”, el grupo con el que la protagonista se enfrenta en una de las escenas más violentas en el cine del norteamericano, que tuvo que estrenarse en blanco y negro para poder pasar las regulaciones de distribución. “Quentin dijo que la versión a color es la real”, explicó Tetsuro.

Shimaguchi fue Miki, el primero de todos los que pierde la vida, con una inconfundible escena en la que Beatrix lo empala con su espada y lo arroja a una pileta. “A Tarantino le encantaba la acción japonesa con espadas y me pidió que arme una coreografía bien ‘cool’ para los actores. Además, me pidió que le ponga el alma japonesa”, explicó Shimaguchi, que gracias a este film ganó notoriedad. Este año, iba a realizar dos producciones nuevas, en las que iba a actuar y armar las coreografías, pero fueron suspendidas por el coronavirus.

RP.- ¿Cómo fue el entrenamiento?

Empecé el entrenamiento con mi propio método, con la caminata básica que se conoce como "suriashi", enseñé a usar la espada japonesa para que se movieran rápido, con agilidad y fuerza. Entrenamos cómo pelear con oponentes. Lo importante era que desde el principio pudieran luchar con alguien más y que fueran coreografías reales. Así que creé muestras para que pudieran hacer. Entrené a Daryl Hannah, Vivica Fox, Luci Liu y por supuesto, Zoë Bell. También a Tarantino y a David Carradine. Algo interesante fue que me pidió que entrenara al equipo chino. La mejor era Lucy Liu, y Zoë Bell (la doble de Uma Thurman) también era muy buena.

RP.- ¿Qué tan bueno era Tarantino?

Quentin era muy bueno, pero estaba un poco pesado. Quería hacer muchas cosas, pero dejó de entrenar rápidamente. Aunque era muy enérgico y como que imitó al personaje de Pai Mei. Quería ser uno de los Crazy 88 pero terminó siendo uno de los cadáveres en la escena de lucha.

RP.- ¿Qué recuerdos le dejó este trabajo?

Fue una gran experiencia, Miki era un gran personaje, pero yo también era el coreógrafo de lucha, así que tenía que morir primero. Iba a ser una escena corta pero nos tomó todo el día. Quentin es muy sensible y trató de que los actores no se estresaran.

RP.- ¿Qué significa para usted esta película?

Desde que hice "Kill Bill" la cultura samurái se difundió por el mundo moderno. Si bien no deja de ser un mundo creado por Tarantino, se respeta y generó un gran impacto. Siento que puedo identificarme con la película y con el mundo. Tengo un pasaporte que me permite ser reconocido y aceptado en el mundo.  Facilita el acceso a otras culturas, hay muchos fans que vienen a visitar Japón y nos dio la posibilidad de mostrar que la cultura samurái todavía conecta con el mundo moderno. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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