Adiós al dólar solidario

Es a raíz de la falta de incentivos con que disponen los ahorristas para liquidar sus tenencias en esa divisa, ya que en principio si se concretarán dicha transacción perderían los pesos equivalentes a la citada carga impositiva del 65 por ciento y en el mejor de los casos quienes logren descargar el impuesto a las Ganancias retenido como pago a cuenta del mismo tributo o del impuesto sobre los Bienes Personales u obtengan su reintegro perderían el equivalente al 30 por ciento correspondiente al impuesto PAÍS abonado.

El gobierno debería excluir del impuesto PAÍS el atesoramiento de moneda extranjera, el inciso a) del artículo 35 Ley Nro. 27.541, continuando con las restricciones y/o cupos actuales, para que como puntapié inicial los ahorristas que se encuentren en condiciones de poder descargar el impuesto a las Ganancias retenido como un pago a cuenta accedan a vender sus billetes, sumados a los productores agroexportadores, engrosando así las reservas bancarias de nuestro país. Dicha exclusión debería ser acompañada por una devaluación en la misma proporción, achicando así la brecha cambiaria existente con el dólar paralelo.

El gobierno nacional se resiste a devaluar la moneda local argumentando que ello generaría más pobres en la Argentina, pero recurre a la emisión monetaria logrando el mismo efecto, en lo que va del año se imprimieron alrededor de 1.2 billones de pesos. Además, paradójicamente, se han importado billetes de mil pesos a España por un valor de 20 millones de dólares, sumados a los adquiridos a Brasil, cuando el Banco Central de la República Argentina (BCRA) cuenta actualmente con un nivel negativo de reservas del billete estadounidense. La medida propuesta sin duda tendrá impacto hacia la baja en la recaudación fiscal, recordemos que el el impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria, recaudó en lo que va del año 118.996 millones de pesos, valores informados por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), cifra que permitió financiar el 40 por ciento del gasto que demandado por el pago de las tres cuotas del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), pero como contrapartida tengamos en cuenta del recorte del gasto que está llevando a cabo en estos días el gobierno nacional dando por concluido al citado programa de asistencia en sintonía con una mayor apertura de actividades económicas.

Un punto a favor de la medida sugerida es que si surte efecto logrará engrosar el stock de dólares del BCRA y el país no se vería en lo obligación de seguir endeudándose a tasas por encima de la media de mercado con el objeto de apaciguar las cotizaciones alternativas del dólar.

En las próximas semanas se habilitará el turismo y se acercan las fiestas de fin de año, presentándose una oportunidad para que el gobierno incremente sus reservas dado que por esta cuestión estacional las familias planean ampliar su presupuesto de gastos, necesitando disponer de mayor cantidad de pesos por lo que habría una mayor predisposición a vender dólares a un tipo de cambio oficial más acorde con la realidad económica que se vive en la calle.

Por último y no menos importante es poner énfasis en la implementación de fiscalizaciones más exhaustivas sobre las autorizaciones otorgadas a los importadores para hacerse de divisas extranjeras, ello con el objeto de evitar que se cometan operaciones fraudulentas o de fugas de capital en torno a ellas, como ser por ejemplo la creación de empresas fantasmas para tal fin o la existencia de significativas diferencias entre las operaciones declaradas y los envíos girados al exterior con el fin de acceder a un dólar con un valor inferior al del mercado.

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