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22 de diciembre de 2020 | Nacionales

Al rojo vivo

Disputa dialéctica en la cúpula del gobierno

El 26 de octubre, Cristina le marcó la cancha a Alberto Fernández con una carta terminante, en la que denunció que en el gabinete había "funcionarios que no funcionan". 

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El pasado viernes, en el estadio Único de La Plata, se lo repitió en su cara. "Todos aquellos que tengan miedo o que no se animan, a ellos les digo, por favor, hay otras ocupaciones además de ser ministro o ministra, legislador o legisladora, vayan a buscar otro laburo”. 

Todo el fin de semana el evento organizado por Axel Kicillof fue la comidilla de la prensa. De un lado y de otro, todos coincidían en que el presidente había pasado vergüenza, que había sido maltratado en público por su vice, aceptando el agravio en silencio.

A tal punto asumieron los medios que Cristina había tomado definitivamente el poder real, que no faltó quien no hiciera sus pronósticos sobre quiénes serían las víctimas de la furia de la vice y serían removidos de sus cargos. 

Las coincidencias fueron generales: Santiago Cafiero, Marcela Losardo, Sabrina Frederic, Matías Kulfas, Juan Cabandié, Matías Lammens, Gustavo Béliz y Vilma Ibarra ya tenían redactada su sentencia en los medios, sin que se reparara demasiado en que eran justamente esos actores los que representan el paladar negro del albertismo. ¿Entregaría la disputa interna sin luchar el presidente, o solamente se mantendría fiel a su estilo calmo y negociador en sus apariciones públicas, pero ensayaría una resistencia sin revolotear el gallinero, tal como le gusta hacer a su vice? 

No hubo que esperar demasiado para conocer la respuesta. Ayer Alberto Fernández redobló la apuesta, y subrayó su gratitud con "cada ministro, cada gobernador y cada intendente". Lejos de tener que animarse a buscar “otro laburo” –como exigió Cristina-, los confirmó en una sola frase a todos. 

"Ahora, todo este esfuerzo no es el esfuerzo de un presidente. Es el esfuerzo de todo un gobierno y es el esfuerzo de 24 gobernadores que se pusieron codo a codo a mi lado a pelearle a la pandemia y a pelearle a una economía que se caía a pedazos. Por lo tanto, yo solo tengo gratitud y reconocimiento para con cada ministro mío, cada funcionario mío, por cada empleado que en este gobierno nacional que trabajó a mi lado para mantener en pie a la Argentina”, aclaró Alberto Fernández al poner en marcha el proyecto de capitales alternas en la ciudad fueguina de Río Grande.

E inmediatamente y sin anestesia, le devolvió el golpe a Cristina: "Hay que tener coraje para hacerse cargo de la Argentina arrasada y seguir gobernado cuando una pandemia se lleva puesto al mundo. A ese coraje, gracias”. 

“Yo solo tengo gratitud y reconocimiento para con cada ministro mío, cada funcionario mío, por cada empleado que en este gobierno nacional que trabajó a mi lado para mantener en pie a la Argentina”, afirmó Alberto Fernández, quien se presentó en el acto respectivo acompañado por varios de los ministros cuestionados: el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el titular de Transporte, Mario Meoni; el de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y el flamante ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. Por si fuera poco, también estuvieron presentes otros dos de los funcionarios más cuestionado por Cristina: el secretarios General de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi.

A diferencia de lo que aconteció con la carta del 26 de octubre, que aceleró la salida de María Eugenia Bielsa –quien se había comprado todos los números del sorteo de salida en virtud de su inactividad-, esta vez Alberto actuó de manera muy diferente y salió a respaldar a todo su gabinete. E incluso se trasladó con ellos a la provincia austral y se fotografió en su compañía. 

Todos sabemos el valor que tienen las fotografías como señales políticas, sobre todo para el peronismo. La jugada es arriesgada pero indispensable para evitar la demolición de su autoridad. Queda esperar cómo reaccionará Cristina ante este golpe frontal. ¿Volverá al silencio o redoblará sus exigencias? (www.REALPOLITIK.com.ar)


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