Mientras la PSA garantiza la cobertura de la obra social, Frederic abandona al personal de la PFA

A partir del 1 de enero, el personal de la PSA retirado y su grupo familiar primario, como así también el que ostente la calidad de pensionado, resultará beneficiario de las prestaciones médico asistenciales correspondientes al “Plan Classic” de UP, por lo que recibirá idénticos beneficios a los que percibe el personal en actividad. Para ello es requisito que se encuentren afiliados a esta obra social o que lo hagan dentro de los próximos noventa días de haber sido notificado de los términos del nuevo convenio. En cambio, para los trabajadores en actividad será requisito permanecer afiliados a UP durante, al menos, los últimos cinco años de su servicio.

Asimismo, otra de las ventajas del nuevo acuerdo es que los beneficiarios del mismo tendrán la posibilidad de optar por un plan superador de Accord Salud, abonando las diferencias que correspondieren. La importancia de la firma de este convenio deriva de la necesidad de otorgar una cobertura integral de salud tanto al personal en actividad como al retirado de la fuerza, ya que la PSA no es beneficiaria de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, ni tampoco se encuentra comprendida en las previsiones de la ley 19.032.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA

En ese marco, los afiliados a la obra social de la Policía Federal Argentina atraviesan un panorama desolador ante la falta de cobertura y el corte total de las prestaciones. La situación afecta en forma preocupante no solo a niños con capacidades diferentes sino también a ancianos con enfermedades graves y mujeres embarazadas. La ministra Sabina Frederic; el jefe de la Policía, Juan Hernández; la subsecretaria de Derechos, Bienestar y Género, Sabrina Calandrón; y el director nacional de Bienestar Policial, Santiago Galar, exponen al abandono y la desidia al personal de la fuerza mientras llueven las denuncias y los amparos en la Justicia Federal.

A pesar del descalabro de la obra social que depende de la superintendencia de Bienestar, tanto la ministra como sus funcionarios se pavonean ante las cámaras intentando defender lo indefendible. De hecho, hace algunas horas se mostraron en el devastado hospital policial Churruca Visca, perteneciente a la PFA, al que los afiliados califican como “peor que un nosocomio del profundo continente africano". 

Allí, con total descaro, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, destacó la necesidad de "proteger a la ciudadanía y en particular a quienes están en la primera línea de fuego”, en lo que pareciera ser una burla a los policías que se encuentran sin obra social ni perspectiva de recuperarla. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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