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Oportunidades perdidas
El riesgo país argentino bajó a 1.400 puntos, pero aún se sitúa entre los peores del mundo
A pesar del visto bueno de la Reserva Federal norteamericana y del congelamiento de tasas hasta el 2023, la Argentina continúa muy mal rankeado y se presenta como una opción poco atractiva entre los mercados emergentes.
El indicador de riesgo país fue creado por el banco de inversión JP Morgan Chase a principios de la década del 90, bajo el nombre Emerging Bond Index Plus (Embi+), y se transformó rápidamente en una referencia obligada para inversores interesados en invertir en mercados emergentes. En pocas palabras, muestra el riesgo real que existe de que un país no pueda cumplir con sus compromisos de deuda.
En este sentido, los niveles de riesgo país de la Argentina han sido, al menos en los últimos 20 años, muy poco saludables. En agosto del 2002, durante la breve presidencia de Eduardo Duhalde, el país tocó los 7.222 puntos, con lo que se coronó como uno de los tres países menos confiables del mundo.
Si bien en los años siguientes la tendencia fue a la baja, se posicionó entre los 1.600 y los 2 mil puntos, lo que lo ubicó como el peor de la región. A modo de ejemplo, el riesgo país argentino fue –y en algunos casos sigue siendo –diez veces el de sus vecinos de Brasil, México, Uruguay, Colombia y Perú.
En las últimas ruedas, Argentina se asentó sobre los 1.400 puntos básicos, lo que es todo un logro pero lo mantiene aún muy lejos de los menos de 300 puntos que había logrado durante la presidencia de Néstor Kirchner.
Si bien la tendencia global, en gran parte afectada por la pandemia del coronavirus y la crisis institucional norteamericana, en donde aun se espera una destitución anticipada del presidente Donald Trump, es a la baja, el mundo inversor aún no logra confiar en Argentina. Las idas y vueltas del presidente Alberto Fernández con respecto a los confinamientos durante la pandemia, su imagen de un líder débil y subyugado por Cristina Fernández de Kirchner, las dificultades para cumplir con los compromisos de deuda durante el 2020 y el enorme desafío que le espera en la misma materia para el 2021, son algunas de las razones para que los inversores miren de reojo al país.
En las últimas horas, noticias de la Reserva Federal norteamericana alentó la posibilidad de que exista un contexto más favorable para el país de cara a los próximos 24 meses. En una medida que era esperada por los mercados emergentes, la Fed decidió mantener congeladas las tasas de interés entre el 0 y el 0,25 por ciento hasta el año 2023, por lo que habrá un contexto de liquidez global que jugaría a favor de la deuda soberana de un gran número de países, entre los que se destaca Argentina.
En el mejor de los casos, el país se encontrará rindiendo en torno al 4 por ciento en un mundo en donde los países más desarrollados no superan el 2.4, lo que le agrega un atractivo natural. Por otro lado, la elevada liquidez monetaria puede ayudar a contener al dólar y a apreciar, al menos en parte, a la moneda argentina. Aún restan varias cuestiones por definir para que, en el competitivo universo de mercados emergentes, Argentina se destaque como una buena opción. Entre ellas, las más importantes correrán por el manejo de la deuda durante los próximos meses y la posibilidad de un acuerdo exitoso con el Fondo Monetario Internacional. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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