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8 de febrero de 2021 | Interior

Mendoza

Los chicos, las ratas de laboratorio de Rodolfo Suárez

La presencialidad en el dictado de clases se ha convertido en el eje de la campaña electoral de Juntos por el Cambio para las elecciones de medio término de este año.

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Llamativamente una coalición política que sólo se ocupó de devaluar y denigrar a la enseñanza pública y a los docentes encargados de dictarla parece haber encontrado un filón discursivo para su campaña electoral, a falta de buenos resultados para exhibir de los años en que le tocó ocupar el gobierno nacional.

De este modo, la fuerza política que eliminó el ministerio de Educación, dejó vencer decenas de miles de dosis de vacunas y cerró hospitales y establecimientos educativos a mansalva, ahora se presenta como garante de la asistencia escolar. Esto sin haber realizado una sola obra de mejora en las instalaciones, que por su diseño obsoleto son la antítesis de lo recomendado para el ejercicio de distanciamiento social.

¿Habrá más designaciones de docentes para poder dividir los cursos? ¿Se contará con más aulas como para garantizar el distanciamiento social? ¿Se eliminarán las designaciones de “profesores taxis”, que pasan buena parte de la jornada viajando entre un establecimiento y otro para cumplir con sus cargas horarias fragmentadas? ¿Están garantizadas las condiciones para el transporte público que permita movilizar a millones de argentinos hasta y desde las escuelas, sin exponerlos a un contagio seguro?

La respuesta es concreta y taxativa. No.

Pese a ello, la ministra de Salud de Mendoza, Ana María Nadal, subrayó: "Los chicos deben volver a la escuela en Mendoza". Aunque apenas se hayan aplicado poco más de 20 mil dosis de vacunas y muy pocas dentro de la comunidad educativa. Los tiempos electorales son los que mandan.

Una vez más, la oposición, a través de su blindaje mediático, le marcó los tiempos al gobierno nacional. Las declaraciones del ministro de Educación, Nicolás Trotta, subrayando la necesidad de "recuperar la presencialidad, transitar los aprendizajes que proyectamos para este año, pero también recuperar los que quedaron pendientes del año pasado", hablan a las claras de esa derrota.

Sus afirmaciones de que "los niños tienen que mantener 1,5 metro de distanciamiento, y eso implica un ingreso escalonado y la necesidad de poder avanzar en todas las medidas de higiene, seguridad y de control para cuidar a nuestros docentes y nuestros estudiantes", caen en el vacío de la incredulidad, ya que prácticamente ningún establecimiento educativo del país está en condiciones de cumplirlas. Mucho menos con la afiebrada decisión de iniciarlas de manera anticipada, como en Mendoza o la CABA, sin haber realizado obras ni modificado las condiciones del ejercicio de la docencia.

Lógicamente esta decisión irracional de iniciar las clases “como sea”, sin importar las consecuencias, ha encontrado la resistencia de los gremios docentes. En Mendoza los que llevan la voz cantante son SUTE y SADOP. Pero a las autoridades de JxC - UCR provinciales las objeciones no les mueven el amperímetro.

"Habrá chicos que se van a contagiar de coronavirus pero que es necesario por su salud integral que vuelvan a las escuelas”, aseguró la ministra Nadal, sin que le temblara el pulso.

Cuando el ministro Trotta tuvo un contacto con la ministra de Educación de Santa Fe, Adriana Cantero, fue aislado preventivamente. En Mendoza -tal como sucede en el resto del país-, cuando un docente está en contacto con algún caso positivo -dentro o fuera del aula- debe seguir yendo a trabajar, en virtud de un protocolo que se impuso manu militari, sin posibilidad de discusión alguna por parte de la comunidad educativa, con el riesgo que esto supone tanto para él como para quienes estén en contacto, tanto en la calle como al interior de las escuelas. Si no puede asistir sufre el descuento de sus haberes, pérdida de presentismo, etcétera.

Los grandes sindicatos educativos nacionales, aliados con el gobierno de Alberto Fernández, miran para otro lado. Los salarios docentes están por el piso, y en Mendoza, en muchos casos ni siquiera recibieron la parte de sus salarios que abonó el estado nacional a través de las ATP.

Un cuadro comparativo de los salarios brutos docentes en las provincias argentinas coloca a Mendoza en el puesto 19, con sólo 5 provincias por detrás.

Ni condiciones mínimas para evitar el contagio. Ni reconocimiento salarial. Ni garantía para el transporte. Además, de la vacuna, afirmó Nadal, habrá que olvidarse. "Hoy el tema es la disponibilidad porque todo el mundo está vacunando en una campaña histórica y la demanda de vacuna es mucho mayor que la oferta”, concluyó.

¿Se estará promoviendo un “efecto manada” sin anunciarlo, con Mendoza y la CABA como laboratorios? Cuando la vida y la seguridad de los chicos se subordinan a las ambiciones y expectativas políticas y electorales, algo funciona mal en una sociedad.

En la sociedad argentina hace rato que se camina a ciegas. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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