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16 de febrero de 2021 | Gremiales

Inicia el ciclo presencial

UTE - CTERA copia los métodos de Alberto: Amenaza y se va al mazo

Después de meses de confrontación discursiva en duros términos, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE - CTERA) optó por agachar la cabeza y aceptar la decisión del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta de iniciar las clases  sin haber realizado los testeos elementales a los docentes porteños.

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La decisión no deja de resultar sorprendente, ya que el gremio había rechazado además –y en duros términos- el protocolo presentado por las autoridades porteñas. Pero todo comienza a cobrar sentido cuando se recuerda que CTERA forma parte de la coalición del Frente de Todos y una medida más drástica la hubiera puesto en malos términos con el “amigo presidencial” que encabeza la CABA, y con el ministro Nicolás Trotta y el presidente Alberto Fernández, que ya anticiparon que los chicos deben concurrir a clases. Sin fijarse en el costo sanitario. El cálculo político electoral está primero.

Llamativamente, fue la oposición dentro del sindicato la que presentó un amparo una vez conocidos los términos del protocolo de las autoridades porteñas, que es a la vez ambiguo y una invitación al contagio. Impreciso y diletante, las autoridades de las escuelas están haciendo peripecias para aplicarlo. Y a esto hay que sumarse que, desde hace años, el presupuesto educativo porteño viene decreciendo en términos concretos, no se realizaron prácticamente obras –ni siquiera ante el inicio del actual ciclo lectivo- y la población educativa que queda excluida de las escuelas públicas de la CABA se incrementa cada año.

Si bien la UTE rechazó este fin de semana el protocolo presentado por el gobierno de la Ciudad para la vuelta a clases en situación de pandemia, se descartó por el momento la realización de un paro. En el plenario de delegados en el que se tomó esta determinación, paradójicamente, se decidió ratificar el plan de lucha, convocándose para este miércoles a una jornada de organización y lucha en rechazo al protocolo, al que consideran “ambiguo, impreciso, contradictorio, parcial e insuficiente para garantizar la salud de la comunidad educativa". Pero de todos modos, ese mismo día irán a trabajar disciplinadamente.

En cambio, otro de los gremios docentes de la CABA, ADEMYS, ya anunció un paro de 72 horas para este miércoles, jueves y viernes, al considerar que “no están dadas las condiciones edilicias y de cuidados para un retorno seguro”. 

El anuncio de UTE - CTERA se dio a conocer prácticamente en el mismo momento en que se difundió una encuesta sobre la cuestión de la presencialidad escolar, elaborado por el Instituto de Economía y Sociedad en la Argentina Contemporánea (IESAC) de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Sus resultados son por demás contundentes.

El trabajo fue realizado entre el 10 y 12 de febrero y abarcó más de 2200 casos en 30 distritos del conurbano bonaerense y en la CABA. El diseño de la muestra respeta la proporción de los diferentes grupos etarios y géneros y también el tipo de vínculo familiar con los estudiantes (madre, padre, hermano, etcétera).

A la pregunta respecto de “si habría que esperar a que todos los docentes (o al menos la mayoría) estén vacunado antes de empezar las clases”, o si, por el contrario, “habría que empezar lo antes posible aunque no estén vacunados”, el 73 por ciento de los entrevistados se manifestó contrario al inicio sin vacunas. Este porcentaje de rechazo se eleva al 77 por ciento cuando el entrevistado es el padre o madre del estudiante.

En lo referido a si el regreso a clases debería ser optativo u obligatorio, el 74 por ciento se manifestó partidario de la optatividad.

En lo referido al nivel de contagios y la vuelta a clases, el 49 por ciento opinó que sería mejor que no se vuelva hasta que se alcance una menor propagación, y sólo un 36 por ciento se inclinó por “volver a clases y mantenerlas”. El 15 por ciento restante optó por “volver, pero cerrar las escuelas si el nivel de contagios es muy elevado”. En el caso de padres y madres, los partidarios de que no se vuelva por esta razón se elevan al 54 por ciento.

Pese a la campaña abrumadora que Alberto, Rodríguez Larreta y Axel Kicillof han lanzado a través de los medios para retornar a las aulas sin importar las condiciones, un 73 por ciento de la población del AMBA ha manifestado su desacuerdo absoluto.

Claro está que no es a la sociedad a quien estos gobernantes atienden al momento de tomar decisiones, sino a los sectores mediáticos y políticos corporativos. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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