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Wall Street excluye a Argentina de la lista de países con acceso al crédito para reestructurar deuda
A pesar de que la mayoría de los inversores internacionales encuentra un renovado atractivo en los programas de restructuración de deuda, descartaron a Argentina y Ecuador por sus políticas poco claras y aseguraron que tienen “escaso acceso” a los mercados.
Durante el último año, numerosos países de América Latina han tomado deuda del mercado extranjero. Algunos lo han hecho para paliar la apremiante situación creada por una cuarentena que paralizó la economía local, mientras que otros aprovecharon el “dinero barato” gracias a las bajas tasas de interés a nivel global.
En este contexto, se emiten bonos soberanos para solventar el gigantesco gasto fiscal, actualmente cercano al 4 por ciento del Producto Bruto Interno en promedio, emitiendo deuda con el objetivo de atraer a los grandes inversores internacionales, que compran la misma a tasas que les resulten atractivas.
Sin embargo, los inversores no se vuelvan de la misma manera para todos los países. En este contexto, América Latina se ha vuelto particularmente atractiva para la mayoría de los inversores de Wall Street, por los altos intereses que ofrece, aunque el riesgo sea relativamente mayor que los bonos del Tesoro de los Estados Unidos.
En este sentido, el constante flujo de capital privado hacia la región durante la pandemia ha sido evidente. Tan sólo en 2020, en la región se operaron algo más de 150 mil millones de dólares, según el Instituto de Finanzas Internacionales de Estados Unidos.
Sin embargo, existen dos países que se encuentran con dificultades para recibir dinero de estos inversores. Uno de ellos es Ecuador. El país que dirige actualmente Lenin Moreno se encuentra en plena ebullición por numerosos escándalos de corrupción y una deuda pública difícil de contrarrestar sin daños colaterales.
El otro país es Argentina.
Según las predicciones de la calificadora de riesgo más importante del planeta, Moody’s, Argentina será el país con menor crecimiento de todo el G20 durante el 2021 y, sin lugar a dudas, el que más lento recupere vitalidad en su economía. No sólo ello, sino que además fue el que más sufrió el impacto de la pandemia en términos económicos.
Con la transparencia del programa de vacunación pendiendo de un hilo y una ineficaz gestión del ministro de Economía Martín Guzmán, la gestión del presidente Alberto Fernández se encuentra cada día más necesitada de la inversión externa para cumplir con las metas fiscales. Una inflación que oscile entre el 29 y el 31 por ciento parece cada día más una quimera que un plan realizable.
En este escenario, los mercados privados internacionales prefieren redirigir sus inversiones hacia pasturas más verdes, mientras que el sector privado local augura una inflación cercana al 50 por ciento, lejos de las expectativas oficiales. El gobierno argentino se encuentra en una carrera contra el tiempo, con el único objetivo de conseguir fondos frescos ante un 2021 que se presenta a priori como una dura continuación de los últimos doce meses, los más duros para la economía nacional en los últimos años. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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