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19 de marzo de 2021 | Cultura

“Primer tiempo”

Macri, Maldonado, el silencio de Bono y el grito de La Renga

Se hizo viral el encuentro entre el ex presidente y el cantante irlandés de U2 mientras el artesano era buscado, pero hubo una contracara poco contada a cargo del trío de Mataderos. 

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por:
Juan Provéndola

Tras la polémica generada por las librerías que anticiparon su negativa a venderlo, finalmente en la semana fue publicada “Primer tiempo”, la autobiografía de Mauricio Macri que en verdad escribieron su ex secretario de Cultura Pablo Avelluto y Hernán Iglesias Illia, subsecretario de Comunicación. Para colmo, y como si esa previa no hubiese bastado, el propio Avelluto compartió en sus redes una imagen en la que el libro estaba ubicado en un bastidor debajo de fotografías con personas identificadas con el robo del libros. Un gafe inentendible. 

Pero eso no fue todo: el primer textual que se viralizó de “Primer tiempo” fue un pequeño párrafo en el que Macri narra su encuentro en la Casa Rosada con Bono, cantante de U2, un día antes de que el grupo irlandés ofreciera su -hasta ahora- último show en Argentina, ocurrido el 10 de octubre de 2017 en el estadio Ciudad de La Plata. Faltaban dos semanas para las elecciones legislativas, las primeras -y únicas- de medio término a las que se expuso la gestión macrista en la presidencia, con lo cual el comicio era tomado como un verdadero referéndum de la gestión.

Pero había algo más que tensaba el contexto: desde el 1º de agosto estaba desaparecido el artesano Santiago Maldonado tras un piquete realizado por una comunidad mapuche sobre la ruta 40, a la altura de Cushamen, en Chubut, el cual fue reprimido por Gendarmería Nacional. El caso había escalado mundialmente y Bono, como representante de Amnesty International, aprovechó el encuentro con el entonces presidente para interrogarlo sobre el tema. 

El texto de “Primer tiempo” viralizado es de apenas un párrafo, pero  igual sorprende por su remate: “La presión venía de todos lados. Me acuerdo que un día vino Bono a Casa de Gobierno y me reclamó por Santiago Maldonado. Le expliqué qué sabíamos, qué no sabíamos, y por qué era injusto sancionar a los gendarmes. Se fue más tranquilo y, por suerte, al otro día, en el recital de U2 en La Plata, no dijo nada sobre el tema”.

El “por suerte” hizo un poco de ruido en las redes: muchos entendieron que a Macri le interesaba más la exposición pública que Bono pudiera darle al Caso Maldonado que el hecho en sí. Efectivamente, el cantante irlandés omitió hablar del asunto. Una semana después apareció el cuerpo de Santiago inerte sobre el Río Chubut. 

Lo curioso es que este encuentro, lejos de ser un secretismo revelado recién por “Primer tiempo”, había sido bastante difundido en el preciso día en el que ocurrió: no sólo varios medios lo divulgaron, sino que incluso desde la Casa Rosada se emitió un comunicado de prensa. Y más aún: en la cuenta de Twitter del propio Macri se publicó un video editado del encuentro que termina con Bono diciendo a cámara que “también hablamos de Santiago Maldonado y sentí que el Presidente lo está tomando muy seriamente, y como miembro de Amnistía Internacional eso me dejó muy contento”. 

LA OTRA HISTORIA QUE NO APARECE EN EL LIBRO

La preocupación del rock por Santiago Maldonado y la respuesta templada de Macri que pretende trasuntar su autobiografía co-escrita por Avelluto e Illia releva un episodio insoslayable, como fue aquel encuentro con Bono, pero omite otro igual o acaso más importante, dada la magnitud del evento: un mes antes, La Renga había cerrado una histórica saga de seis shows en el estadio de Huracán -cifra récord en la historia de recitales del género en canchas argentinas de fútbol- pidiendo expresamente por Santiago Maldonado.

El entorno del grupo liderado por el cantante y guitarrista Chizzo Nápoli había realizado arduas gestiones ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, entonces ya administrado por Horacio Rodríguez Larreta, para volver a tocar en la cuidad de Buenos Aires tras diez años de obstáculos y prohibiciones. “¿Vieron que no era tan difícil hacer un recital de rock?”, tiró Chizzo en el primero de los shows. Días después se produjo la desaparición de Santiago Maldonado y entonces el cantante tomó la rienda: pidió por su aparición, exigió justicia, en las pantallas gigantes del escenario se sucedieron imágenes del joven artesano y, como corolario, fue invitado a cantar el folclorista mapuche Rubén Patagonia, quien primeramente gritó “¡mari chi weu!” (“Diez veces venceremos”, en lengua mapudungún). 

Por primera vez el rock tomaba el Caso Maldonado como bandera de protesta y reclamo. Sucedió varias semanas antes del show de U2. Sin embargo Macri (o sus súbditos) prefirió recortar el relato en su favor y todo quedó reducido a Bono como un vocero amigable de la preocupación rockera por el joven entonces desaparecido. El hecho de La Renga, en cambio, no es mencionado. Lo cual es logico: en los recitales se observó una bandera de gran porte con la inscripción “Macri gato” que, encima, fue flameada cerca del escenario, logrando aparecer en muchas de las fotografías. 

Pero la venganza, como dijo Vito Corleone en la saga El Padrino, es un plato que se saborea frío: en abril del 2018, una semana antes de tocar en el estadio Mundialista de Mar del Plata con todas las entradas vendidas y los gastos de producción erogados, el grupo de Mataderos recibió la ¿inesperada? noticia de que la provincia de Buenos Aires le negaba los efectivos de la Policía Bonaerense necesarios para que el gobierno de María Eugenia Vidal autorizara el concierto. 

Robustecidos por la entonada victoria electoral que Cambiemos había conseguido el 22 de octubre de 2017 (poco después de los shows de La Renga en Huracán, el encuentro de Bono con Macri, el recital de U2 en La Plata y la aparición de cadáver de Maldonado), tanto la ciudad como la provincia eran gobernadas por ese signo político y la cancelación a Chizzo y compañía sonó a un pase de facturas por aquellos reclamos sobre el artesano.

“En un principio nos dijeron que sí, pero cuando armamos toda la movida… nos dijeron que no. ¡Habíamos mandado a imprimir 50 mil entradas! Entonces sentís que algo raro pasa: cumplimos con todo lo que nos pidieron, que eran mil millones de cosas, pero cuando tenían que firmar los últimos permisos, no lo hicieron”, recuerda el Tanque Iglesias, baterista de La Renga.

Alguien que trabajó con la banda en la producción de varios de sus shows, va más al grano: “En su lógica de trazar límites y marcar enemigos, puede que hayan considerado a La Renga como parte del ‘equipo contrario’, y entonces lo hostiguen. Algo que no tiene sólo que ver con lo que pudo haber pasado en Huracán, porque no nos olvidemos que La Renga también tocó en Plaza de Mayo para las Madres cuando se conmemoraron los 30 años de la vuelta de la democracia”, fue su análisis. “Es probable que ellos lo vean de esa forma y entonces hayan usado como excusa para la suspensión del show del Mar del Playa la posibilidad de incidentes. Algo cuestionable, ya que La Renga venía de tocar en Huracán seis veces sin ningún problema”.

Finalmente La Renga logró cambiar la locación del fallido show en Mar del Plata a Villa Mercedes, San Luis. El evento fue un éxito, no hubo incidentes ni tampoco menciones en ninguna autobiografía escrita por terceros. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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