La guerra interna del peronismo tucumano se intensifica

Pese al apoyo explícito de toda la plana mayor del gobierno nacional, el vicegobernador tucumano no cede un ápice en su rebelión interna para alcanzar la gobernación en 2023.

Lo que empezó con un golpe legislativo de Jaldo contra Manzur para imponer a su propio candidato como defensor del Pueblo se extendió como reguero de pólvora. Alberto, Cristina y Wado de Pedro salieron a rodear al gobernador explicitando su apoyo. Días después, el gobernador tucumano fue designado cuarto vicepresidente del PJ nacional y, antes de eso, una mujer de su espacio fue incorporada en un cargo estratégico del ministerio de Salud. Para concretar la vendetta, Manzur expulsó de su gobierno a media docena de altos funcionarios cercanos a Jaldo.

Pero el tema no concluyó allí. El vicegobernador, lejos de disciplinarse, redobló la apuesta y despidió de la Legislatura a 1.500 empleados identificados con Manzur.

La siguiente jugada estuvo a cargo del gobernador, quien esta semana utilizó su control de aparato partidario para designar, por primera vez, a una mujer como apoderada del PJ tucumano. Se trata de Ana Escobedo, y los once consejeros manzuristas que participaron del plenario –sobre un total de veinte-, la respaldaron con su voto.  La elección fue contundente, ya que ni Jaldo, ni los ocho consejeros que le responden, se presentaron. Pero el PJ tucumano está fracturado, y el gobierno provincial también.

Quienes respaldaron la designación de Escobedo fueron Manzur, presidente del partido; Pablo Yedlin, Fernando Juri, Carolina Vargas Aignasse, Elia Fernández, Sandra Figueroa, Stella Maris Córdoba, Reinaldo Jiménez, Teresita Felipe de Heredia, María del Carmen Carrillo y Zulema Mahfud.

La designación de Escobedo no resulta azarosa. Se trata de una experta en derecho electoral muy próxima al gobernador, y su tarea es considerada determinante tanto para la composición de las listas electorales de este año, cuanto para la renovación de autoridades provinciales en 2023. Un dato no menos significativo es que la nueva apoderada desplazará a quien hasta ahora desempeñaba ese cargo, el jaldista Marcelo Caponio.

Jaldo inició su ofensiva a tres años de la elección de gobernador al percibir señales evidentes de que no sería el beneficiado en la sucesión. La designación del defensor del Pueblo de la provincia significó el inicio de las hostilidades. Inmediatamente el bloque del Frente de Todos se partió, y los manzuristas –en minoría- crearon su propio bloque, al que denominaron –y no por casualidad- “Lealtad Peronista”.

El fuerte impacto que recibió Jaldo al serle arrebatado el cargo de apoderado tampoco consiguió intimidarlo. Este martes el vicegobernador profundizó su distanciamiento, presentándose abiertamente como opositor del gobierno provincial, aunque continuando en su cargo como vice. Fue en Concepción, un municipio administrado por Juntos por el Cambio, en el que Jaldo salió a pegarle duro al gobernador y al oficialismo local, reivindicando su propia identidad como peronista. “Muchas veces veían llegar a Concepción a autoridades provinciales y pasearse con el adversario, con alguien que nunca nos votó y menos nos votará. Muchos se preguntaban: ‘¿Y dónde están los que nos conducen, los que hemos votado en 2019, a los que hemos ayudado?’. Hoy vengo a decirles que ustedes han votado en 2019 a Osvaldo Jaldo. ¡Y aquí está, a la par del peronismo de Concepción”, declamó.

El peronismo tucumando arde en la hoguera de los intereses y de las vanidades. Como antes, como siempre. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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