Con el respaldo del gobernador Perotti, Marcelo Saín vuelve recargado

Inmediatamente encontraron una solución para tratar de remediarlo: pese a las presiones de los responsables de la salida de Marcelo Saín, Perotti levantó la licencia sin goce de sueldo que oportunamente había pedido el ex funcionario para hacerse cargo del ministerio. De este modo, Saín se pondrá al frente de la Oficina de Investigaciones que concursó en su momento y podrá así continuar adelante con sus acciones que pusieron en jaque al narcotráfico y a sus socios institucionales.

La noticia conmovió al socialismo, cuyos vínculos con el narcotráfico no son un secreto para ningún santafesino. El fiscal General de Santa Fe, Jorge Baclini, luego de muchos devaneos debió aceptar la resposición de Saín en el cargo que había obtenido por concurso durante el gobierno de Lifschitz.

Tampoco en el peronismo están conformes. Vale recordar que, en su momento, algunos sectores trataron de obligarlo a Saín a renunciar al cargo que ahora volverá a ocupar, argumentando su incompatibilidad con el desempeño del ministerio de Seguridad, y hasta promovieron dos leyes para forzarlo.

Ante el fracaso de esos proyectos de ley, los socialistas Joaquín Blanco y Pablo Farías impulsaron una investigación penal preparatoria (IPP) en su contra en la auditoría General de Gestión del ministerio Público de la Acusación, por la "comisión de faltas graves", utilizando algunas filmaciones y audios descalificatorios de las fuerzas policiales que llegaron a manos de la prensa. También la Coalición Cívica de “Lilita” Carrió intentó sacarlo del juego, presentando un pedido de juicio político. Ninguno tuvo éxito.

La habilitación de Baclini generó alarma -algunos afirman que desesperación- en Juntos por el Cambio y el peronismo opositor a Perotti que lidera el senador Armando Traferri, ya que Saín impulsó varias causas que dejaron en claro la complicidad entre el narcotráfico, la política, el poder judicial, la policía y el poder económico en la provincia. No fue sencilla la habilitación, ya que el fiscal General debió resistir las presiones del ex presidente de la Corte Suprema de la provincia, Rafael Gutiérrez -muy próximo a Traferri y a la vicegobernadora Alejandra Rodenas-, cuyo hijo se desempeña como secretario parlamentario del senado santafesino. Pero Baclini también contaba con una poderosa razón para habilitarlo, ya que él mismo se exponía a un juicio político en su contra, con los antecedentes de varios escándalos en los que estuvieron involucrados varios fiscales a su cargo durante su desempeño como titular del ministerio Público de la Acusación (MPA), desde 2017.

Muchos llegan a preguntarse si fue buena idea el desplazamiento de Saín del ministerio de Seguridad, en el que debía afrontar un conjunto de tareas que le llevaban buena parte de su tiempo, mientras que ahora estará abocado exclusivamente a la lucha contra el narcotráfico. El nuevo ministro, Jorge Lagna, “fuma bajo el agua” en la política santafesina, por lo que se descuenta que las tensiones con los poderes públicos y las corporaciones bajarán sensiblemente de temperatura.

En una provincia arrasada por el crimen y el narcotráfico, la decisión de Perotti debe ser evaluada muy positivamente. La caída de Saín había sido tomada como una señal de que la red de corrupción que la atraviesa contaba con impunidad absoluta, como en los años del socialismo. De todos modos, Saín no tendrá una tarea fácil. Más aún cuando la ayuda prometida por el ministerio de Seguridad de la Nación que conduce Sabina Frederic nunca fue más allá de las declamaciones y los anuncios públicos. Tal como ha sido la característica de su inexistente tarea. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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