En caso de desborde, tendrán prioridad “aquellos con más potencial para la recuperación”

El avance de contagios de coronavirus en el país es un hecho, lo que conlleva una alta ocupación de camas de terapia intensiva y el lógico agotamiento de los profesionales de la salud tras un año en la primera línea del frente de batalla. Al respecto, Arnaldo Dubín analizó el presente escenario: “Hay una curva de crecimiento de casos que descendió levemente por las medidas restrictivas del gobierno nacional. Aunque, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires tuvimos un promedio diario de 2.700 contagios, una cifra descomunal”.

“Teniendo en cuenta que la capacidad de ingreso a las camas es más veloz a la de los egresos, el sistema sanitario no aguanta y, por cierto, ya está colapsado”, agregó. En este aspecto, puntualizó: “Existen desbordes de los sistemas hospitalarios en la cual los recursos humanos y físicos son insuficientes; la consecuencia inmediata es la mortalidad”, y continuó: “Los pacientes están horas en la ambulancia, dando vueltas antes de ser internados; en otro momento hubieran sido internados en terapia intensiva y ahora esperan en la guardia porque no hay camas”.

En tanto, se refirió al Comité de Bioética Hospitalaria que será el encargado de definir los criterios de internación en terapia intensiva en casos donde los profesionales de la salud deban optar a qué pacientes se les asignará una cama, por sobre otros que no las tendrán aseguradas. “Tienen prioridad aquellos con más potencial para la recuperación”, explicó y complementó: “Si uno de ellos está grave, no es candidato para tener una cama garantizada”.

Asimismo, opinó acerca de las medidas anunciadas el viernes pasado por el gobierno nacional. “Son bienvenidas; sin embargo, en vista de este panorama dramático, esperaba resoluciones más restrictivas, con un fuerte apoyo económico a los sectores más vulnerables”. En esta línea, amplió: “Evidentemente no hubo un consenso político, incluso algunos gobernadores resistieron estas disposiciones”. De todos modos, aseveró que la presencialidad escolar no es la única cuestión a “tener en cuenta”, sino que también se preguntó: “¿Por qué los gobiernos no controlan qué lugares de la vía pública están llenos de gente?”

Finalmente, detalló cuál es el objetivo en estas circunstancias y dejó un panorama crítico en cuanto a lo que puede llegar a acontecer. “La idea consiste en preservar vidas, en un contexto donde el sistema sanitario puede colapsar aún más. Lo único que podemos hacer, es ser muy respetuosos de las indicaciones gubernamentales, asumiendo la responsabilidad que el momento requiere”, dijo. Y concluyó: “Estamos en caída libre, en el abismo de la peor catástrofe sanitaria de la historia argentina”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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