Nacionales
Tucumán, al rojo vivo
Contra el encierro: Privados endeudados fueron a buscar a Manzur a la casa
Medio centenar de comerciantes se congregaron frente al domicilio del gobernador de Tucumán, Juan Manzur, en la localidad de Yerba Buena. La marcha fue convocada mediante volantes anónimos que circularon por las redes sociales.
La marcha fue convocada por medio de volantes y publicaciones en las redes sociales: “Marchamos hacia la casa de Manzur para pedir trabajar. Hacé ruido si no podés venir”. La publicación tiene como fondo una bandera argentina y una imagen de la casa de gobierno, e incluye un plano que indica el lugar de la convocatoria: Aconquija y Belgrano, a pocos metros de la residencia del gobernador. El flyer también incluye el hashtag #ArgentinaParaTodos.
No fue esa la única protesta. También en la localidad de Concepción se convocó a un acto de repudio similar, invocando el “derecho a trabajar”. Aunque se asoció esta publicación a los gastronómicos, que ven afectadas sus actividades -a excepción de los comercios que lo hacen bajo la modalidad delivery-, la entidad se despegó de toda participación en su organización.
Más aún, muchos de los empresarios gastronómicos se encontraban, al momento de la realización de la protesta, frente a la comisaría séptima, apoyando a Guillermo Fares, quien había sido detenido por abrir su local, desconociendo nuevamente la decisión del comité Operativo de Emergencia.
El hashtag #ArgentinaParaTodos es el mismo que utilizó reiteradamente el Pro, a través de publicaciones anónimas, en sus convocatorias anti-cuarentena a nivel nacional desde el año pasado. Por esta razón resultó automática la vinculación con el concejal Pro de Yerba Buena, Álvaro Apud, quien participó muy activamente del escrache frente a la casa del gobernador, arengando a los manifestantes.
“Nosotros queremos que ustedes laburen”, se lo escucha afirmar con nitidez en la grabación respectiva. Desde las proximidades del oficialismo circuló una publicación que asegura que el concejal del Pro habría ofrecido 500 pesos por participar del evento.
Apud salió a desmentir la especie, y explicó: “Yo lo que les digo (a quienes reclamaban) es que ya ‘voy a salir’ con un comunicado apoyándolos (…) ya que vengo de la actividad privada y sería muy ingrato de mi parte darle la espalda al sector”.
Más allá de los cruces y acusaciones cruzadas sobre la movilización, los comerciantes y trabajadores tucumanos están muy preocupados por la grave complicación para sus ingresos que significan las nuevas restricciones.
Cuando Guillermo Fares, dueño del bar de una estación de servicio, fue detenido por averiguación de antecedentes tras no haber respetado las restricciones, fue acompañado por un grupo bastante nutrido de gastronómicos que reclamaron por su liberación, asegurando que “van a resistir”.
“Nosotros no podemos ni vamos a cerrar”, afirmó Pablo Buabse, otro comerciante que fue a apoyar a Fares. “La gente tiene miedo y dejó de salir. Pero nosotros tenemos que abrir igual, y si viene un cliente, lo vamos a atender”, completó.
Con números muy preocupantes en cuanto a contagios y muertes, la sociedad tucumana afronta el mismo debate que el resto de nuestro país. Para el sector comercial, las nuevas restricciones pueden significar un golpe mortal para sus empresas y puestos de trabajo.
Y, como en el resto del país, la pandemia se ha instalado en la agenda partidaria y muchos son los que esperan obtener beneficios de la incertidumbre y el temor social. El enfrentamiento mediático entre el gobierno de Manzur y la oposición del Pro se evidenció en la movilización de Yerba Buena. Cada uno quiso llevar agua para su molino, sin que se arbitrara iniciativa alguna para acotar el daño producido por el cierre de actividades.
Mientras la grieta continúa profundizándose, la sociedad espera la conformación de una tercera opción que permita salir del laberinto desde arriba. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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