1986: ¿El año definitivo del rock argentino?

Tomen nota: "Jijiji", "Persiana americana", "Imágenes paganas", "Más allá del bien y del mal", "Pasajera en trance", "Estallando desde el océano", "Cosas mías". Canciones fundamentales del rock argentino que fueron grabadas al mismo tiempo, o con pocos meses de distancia. Todas ellas en 1986. ¿Hubo otro año que ese género haya parido tantos hits e himnos? Diez discos claves de la historia que cumplen 35 parecen darnos una respuesta. 

OKTUBRE (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota)

Registro oscuro y frenético de la última época de bares y pub del combo liderado por el Indio Solari y Skay Beilinson y opus final de la formación que incluía a Willy Crook, el Piojo Ábalos y Tito Fargo como segunda guitarra. Canciones de culto que la banda tocará poco o nada en el resto de su existencia, como "Preso en mi ciudad" y "Motorpsico", y la posteridad garantizada con "Jijiji".

SIGNOS (Soda Stereo)

Un disco complejo y profundo, a pesar de que Gustavo Cerati confesó haberlo compuesto de un tirón en pocos días (en pocas noches, en verdad). A la densidad de "El rito" y "No existen" lo contrapesan "Persiana americana" y "Prófugos", hits que profundizaron la expansión continental del trío.

LLEGANDO LOS MONOS (Sumo)

Los Cinco Magníficos en estado de gracia. Desde la furia punk de "El ojo blindado" hasta el trance explosivo de "Estallando desde el océano"; desde el éxito radiable de "Los viejos vinagres" hasta el anti-hit depre de "Heroin": Luca Prodan, Ricardo Mollo, Germán Daffunchio, Diego Arnedo y Roberto Pettinato al servicio de la canción cooperativa con el soporte rítmico de Superman Troglio.

VIVO (Virus)

Mientras algunos entraban al estudio, otros aprovechaban su momento de gloria para dejarlo registrado en vivo. Eso hizo Virus (tras editar el exitoso "Locura") en mayo, con tres shows en Obras. Un inventario de grandes éxitos en concierto con la voz de Federico Moura, aunque curiosamente la canción más difundida fue una inédita grabada en estudio: "Imágenes paganas".

RIFF VII (Riff)

El "Heaven and hell" de la banda de Pappo: tras disolver la formación emblemática a fines de 1983, el Carpo se rearmó junto a Vitico con una alineación única que dejó canciones para siempre. "Ojo animal" y "La espada sagrada" brillan con los aportes de JAF en guitarra y voces, y del legendario Oscar Moro en batería.

FUERA DE SEKTOR (Los Violadores)

Revolución sonora de un grupo que, por un año, pareció tomarse descanso del punk rock con esta gema sin distorsiones y la apoyatura de teclados. La impronta de The Clash y el influjo de The Cure sintetizados en Pil Chalar y Stuka, quienes lograron con esta nueva propuesta no sólo abrir su horizonte musical, sino también geográfico: "Fuera de sektor" los llevaría a recorrer Sudamérica, algo inédito para el género en Argentina.

EL FIN DE LOS INICUOS (V8)

Cierre de la banda fundadora del heavy metal argentino con una formación remozada. Aparecen canciones más prolijas y arregladas como "Trágico siglo" y "Antes que los viejos reyes", aunque las letras terminan atravesadas por la conversión al evangelismo de tres de sus cuatro músicos, marcando el final de la sociedad creativa entre Beto Zamarbide y Ricardo Iorio. 

TANGO (Charly García-Pedro Aznar)

Después de "Piano Bar", Charly García buscó a Luis Alberto Spinetta, pero se terminó encontrando con Pedro Aznar, aquel que había desarticulado Serú Girán con su partida. De esa unión salió un maxi (formato intermedio entre el EP y el LP) de seis canciones, grabado casi al galope. "Pasajera en trance" y "Hablando a tu corazón" permanecieron luego en el repertorio solista de Charly.

LA LA LA (Luis Alberto Spinetta-Fito Páez)

La cancelación del disco a dúo entre García y Spinetta no sólo motivó al primero a desquitarse con otro proyecto de a par, sino también al Flaco: después de sacar su solista "Privé" a principios de años, al toque se lució con un doble junto a Fito Páez que dejó muchas gemas. Entre ellas, la versión de "Grisel", de Mariano Mores y José María Contursi.

COSAS MÍAS (Los Abuelos de la Nada)

Tras la partida de Andrés Calamaro, Cachorro López y el Vasco Bazterrica, Miguel Abuelo refundó su banda antes de que la muerte los separe y dejó como testimonio este discazo casi sin cortes radiables (salvo que el le da título), encendido con la guitarra del repatriado Kubero Díaz e iluminado por las teclas de Juan del Barrio. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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