Víctor Santamaría presiona para correr a Leandro Santoro como cabeza de lista

Los lugares “entrables” para las bancas que deben resignar este año el propio Carlos Heller, Gabriela Cerrutti y Gisela Marziotta, quien reemplazó a Daniel Filmus cuando asumió como secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur en el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

La boleta de legisladores iba a ser encabezada por Marziotta, sin que hubiera mayores controversias al respecto. Sin embargo, con el inicio de la semana del cierre de listas, Víctor Santamaría inició una presión muy fuerte para desplazar a Santoro del lugar de privilegio, e instalar a su protegida. El argumento elegido fue que Marziotta, que fue candidata a vicejefa de Gobierno junto a Matías Lammens en 2019, tiene un "techo más blando" que el legislador y asesor presidencial.

Además se objeta que, con Santoro, habría tres listas encabezadas por radicales en las PASO: la de López Murphy, la de Brandoni y la del ex yerno de Leopoldo Moreau. Su pasado lo condena.

"Lammens dijo que estaba en contra de que Santoro encabece, porque decía que tenía un techo muy duro con respecto a María Eugenia (Vidal)", deslizó un dirigente del PJ porteño del ala del secretario General de los Porteros. Y si bien reconocen que la figura de Santoro tiene una instalación mayor, no sumaría votos de sectores progresistas que sí acompañarían a la periodista. "Gisela tiene menor conocimiento pero tiene un techo más blando. Ella podría quebrar sectores independientes que no lo haría Santoro", aseguran.

Ni el presidente del partido en la CABA, Mariano Recalde, ni María Rosa Muiños –la vicepresidenta-, comparten esta movida que, además, generaría un gravísimo problema en la asignación de candidaturas. En caso de que Marziotta encabezara, Santoro podría ir en segundo término, y tercera quedaría Muiños. Hasta allí están prácticamente aseguradas las bancas. El problema es que Carlos Heller quedaría desplazado al cuarto lugar, casi sin chances de renovar su banca. Y Heller es un alfil en la Cámara de Diputados que ni Cristina ni Máximo desean perder, y que tuvo una participación protagónica en los últimos dos años al frente de la comisión de Presupuesto. 

Del lado de Santamaría replican que, con Marziotta, Vidal no podría intentar aplicar sus “modismos de pobrecita”, que han cansado a la sociedad en general. Debería ser simplemente Vidal, la que abandonó a la provincia de la que se sentía orgullosa por cálculo político. Con un hombre como competidor se le desmalezaría el camino para la reconstrucción de su imagen.

Los votos no sobran para el Frente de Todos porteño. "Con suerte" –aceptan– esperan llegar a los 27 puntos en cuanto a la votación, muy por debajo del 32,2 por ciento obtenido en 2019. Sin embargo, la apuesta por Santoro o Marziotta deja planteado el interrogante sobre el voto del peronismo tradicional en la CABA, ya que -tal vez a excepción de Muiños- ninguno de los candidatos tiene una identidad ni un pasado que permitan asociarlos con la doctrina del general.

Y el temor a la fuga de votos hacia otras opciones peronistas está presente. Aunque no sean demasiados, podrían llegar a recortar de tres a dos las bancas del Frente de Todos porteño en el Congreso Nacional. Así, si bien la unidad no está puesta en duda, sí lo están los votos que pueda recolectar el Frente de Todos en un distrito que nunca le resultó favorable. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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