Máximo Kirchner sigue delegando poder en concejal denunciado por violencia de género

El referente de La Cámpora y concejal del Frente de Todos en General Rodríguez, Diego Leonardo Escobedo, transita momentos críticos en relación a sus aspiraciones políticas. Si bien en las elecciones de 2019 intentó ser precandidato a intendente y tuvo que conformarse con su banca en el Concejo Deliberante local, en el último cierre de listas ni siquiera pudo integrarla. Aunque el espacio conducido a nivel nacional por Máximo Kirchner, lejos de ceder poder, relevó de la oferta electoral al edil denunciado por violencia de género por una militante de su riñón: Camila Nagy, directora de Planificación y Estadísticas municipal. 

Una ex militante de La Cámpora en dicha comuna y denunciante de Escobedo (L.L), habló con REALPOLITIK para dar cuenta de esta maniobra política que intenta encubrir al edil. “Tras todos los escándalos que se presentaron, con denuncias incluidas, decidieron correr a Escobedo del armado electoral más allá que se rumoreaba que iba a ocupar el tercer lugar en la lista”, contó. Y continuó: “La Cámpora no quiere perder lugar y por eso, en su lugar, pusieron a Nagy; ella es del núcleo íntimo de Escobedo, es lo mismo que esté él. Lo hacen para tapar sus actitudes, la usaron como salvavidas”. 

Así militaba la campaña de Diego Escobedo, Camila Naggy. 

De todos modos, más allá de este “cambio de figuritas”, Escobedo tiene mandato en General Rodríguez aún por dos años más, a pesar de las presentaciones judiciales en su contra. Precisamente, una de estas se relaciona con las elecciones anteriores, donde el edil buscaba ser el alcalde rodriguense y para infiltrarse en la órbita de su competidor en el Frente de Todos, el actual intendente Mauro García, “manipulaba” a militantes para obtener información a cambio de favores sexuales.

Así lo expresó la ex militante de La Cámpora, que por obvios motivos judiciales se preserva su identidad: “Cuando ingresé a militar, en 2018, Escobedo tenía un comportamiento cortes y cordial, hasta que empezó a ser bastante hostil con las mujeres. Le tocaba los pechos a una compañera, arrojaba objetos, se enojaba. Y la concejal Lorena Cantos lo justificaba, decía que era su forma de proceder y que no lo hacía por maldad”. En esta línea, siguió: “A mí Escobedo me increpó acusándome falsamente que estaba en pareja con alguien del espacio de Mauro (García) y me cerró en una oficina hasta que yo admita lo contrario”. 

“Terminé cediendo para salir del encierro y me empezó a gritar, me decía que me garchaban para sacarme información; argumento que se jactó de conocerlo porque él hizo lo mismo con chicas del otro espacio político, según me dijo”, agregó. En tanto, prosiguió: “Me amenazó con que no sabía si yo iba a continuar en la mesa chica y, posteriormente, decidieron que no siga en el sector porque era 'potencialmente transmisora de información del bando contrario'”.

Y aseveró: “Finalmente dieron marcha atrás con esto, pero yo nunca más me sentí cómoda con sus actitudes. Hacía preguntas íntimas sexuales, como qué nos gusta a hacer en la cama y si consumíamos pornografía”. 

En este aspecto, profundizó acerca de la construcción territorial de Escobedo ante quienes consideraba sus adversarios: “Él tenía la tendencia de destruir políticamente al que se iba de La Cámpora y resaltaba que como amigo es bueno, pero como enemigo es mejor”. También, explicó cómo fue que optó por visibilizar todas estas situaciones: “Pasado el tiempo decidí no callarme más y denunciarlo a pesar del miedo que representa, y más cuando me enteré que tantas compañeras pasaron por lo mismo”.

AMPLIACIÓN JUDICIAL

Otra de las que acudieron a la Justicia en contra de Escobedo fue una ex militante suya (VP). Ella manifestó en su presentación que los actos de violencia del referente de La Cámpora fueron “en aumento” y que hasta su mecánico le advirtió que su auto “tenía las ruedas flojas”, en referencia a un presunto atentado perpetuado por el edil. Al respecto, LL amplió este expediente el pasado 25 de junio, remarcando “otras situaciones de violencia” y, además, de “maltrato a niños y adolescentes” que incluye al “núcleo íntimo” del concejal. 

En primer lugar, LL aclaró que recibió una carta documento de Escobedo a la que considera de “altamente intimidatoria e injuriante” y, por ello, solicito una medida cautelar dada “la presión psicológica que estoy vivenciando y que está afectando mi salud física también”. Concretamente, en la UFI Nro. 9 del departamento judicial de Moreno – Gral. Rodríguez, especificó sobre la creación de “perfiles falsos de Facebook” de militantes del edil con el fin de “desprestigiar personas”, ítem en que recreó una escena entre Escobedo y Nagy cuando esta se encontraba cargando datos en una computadora de la unidad básica: “Dejá de hacer eso y ponete a hacer truchos, pelotuda” (sic).  

Finalmente, requirió que la Unidad Funcional de Instrucción informe al Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes para proteger a “los hijos de todas las mujeres íntimas del círculo de Escobedo, que quedaban solos en la unidad básica por varias horas”.

En este sentido, ejemplificó con dos situaciones particulares: una que involucra al hijo de Nagy, que en aquel momento tenía seis años, y se estaba “masturbando” en un rincón del lugar pero su madre lo justificó diciendo que era su “momento privado”; y la otra se vincula con la hija de Cantos (16 años en el episodio en cuestión), quien “era obligada” a responsabilizarse por los cuidados del bebé N, el hijo menor de la concejal, resultando la encargada de trasladar al niño “desde la unidad básica hasta la casa”. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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