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2 de agosto de 2021 | Cultura

Una bala y muchas polémicas

Chano y la parábola del meme que se vuelve víctima

Una noche confusa, versiones cruzadas y lugares comunes convirtieron al cantante en la oveja negra del hecho. Pero todo cambió cuando la versión policial comenzó a ser investigada. Charly y el Pity como antecedentes. 

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por:
Juan Provéndola

La noticia invadió todos los medios entrada la mañana: Chano Moreno Charpentier, excantante de Tan Biónica, estaba internado después de recibir un balazo en la zona del abdomen. El primer parte registra el hecho el domingo por la noche en un barrio privado de Exaltación de la Cruz. Y habla de un ataque del músico a su madre, amenazas a la policía con un cuchillo y el disparo que disuadió su “brote psicótico”. Moreno Charpentier terminó internado en la terapia intensiva del sanatorio Otamendi, donde automáticamente se montó un numeroso operativo periodístico: a lo largo de toda la cuadra se apostaron varios móviles. El tema se instaló en la agenda mediática de ese lunes: canales, radios y portales encontraron “la noticia” en esta historia.

En la era de la memecraciaChano se había convertido en un abonado por numerosos motivos. Los principales fueron los más públicos: sus accidentes viales -todos ellos viralizados- y sus adicciones, confesadas por él en varias entrevistas. Por debajo, también operaban otros significantes que llevaban a ridiculizarlo: desde su cercanía al macrismo (aunque más artística que gurka: no es Alfredo Casero) hasta frivolidades varias. Como sea, convivían en el entorno del músico dos masas contrapuestas: por un lado, los fanáticos de su música, por el otro, quienes lo consumían irónicamente.

Así las cosas, durante aquel lunes los estudios centrales fueron un desfiladero de personas y personajes de todo tipo. Autoridades, especialistas y parlanchines abonaron sus teorías personales acerca de lo que había pasado. Se habló de adicciones, de salud mental, de operativos policiales y hasta se recuperó un debate que parecía olvidado: el de las pistolas Taser. Hasta ese entonces, la versión que se daba por cierta era la única que había circulado: la de la propia policía. En tanto, Moreno Charpentier —anestesiado y con respiración mecánica— era intervenido por una operación compleja: finalmente le extrajeron un riñón, el bazo y un pedazo del páncreas, además de suturarle una parte del colon.

Recién por la noche, sin embargo, otra voz rompió la hegemonía del “relato”: la madre de Chano se comunicó con una periodista para narrar su versión de los hechos. En esos mensajes, Marina Charpentier, por ejemplo, desmintió que su hijo haya querido atacarla. Incluso negó que Chano haya amenazado a los policías con el cuchillo que fue encontrado. Simultáneamente, aparecía el audio de una llamada que el músico había realizado poco antes del hecho al 911, hasta entonces desconocida: allí, Moreno Charpentier reclama un móvil porque su madre estaba “con cuatro médicos” e “intentando judicializarme”. La trama, a partir de entonces, se empezó a complejizar. 

La noticia inicial, tal como había sido instalada, comenzaba a ponerse en duda desde la propia dinámica judicial. Precisamente al momento que la causa cambió de carátula y el oficial de la Bonaerense que hasta entonces gozaba el beneficio de la “legítima defensa”, pasó a ser imputado por “lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego y por ser funcionario policial”. Facundo Amendolara, de 27 años,  fue quien le disparó a Chano Moreno Charpentier. Un tiro por el que aún no se conocen sus consecuencias totales: el músico sigue internado con varios recaudos, siendo observada diariamente la evolución de sus órganos y organismo no solo por la bala, sino por todas las intervenciones sanitarias posteriores. 

De golpe, los chistes ya no fueron tan graciosos. Y, por un momento, el músico dejó de ser un meme para el consumo irónico. Algo similar ocurrió en otros años con Charly García y Pity Álvarez: el primero, con la larga internación que inició en la quinta de Palito Ortega, el otro preso desde julio de 2018 por homicidio. Ambos casos cambiaron el sesgo de valoraciones hacia músicos cuyos problemas y excentricidades eran tomadas con humor.

En esa línea, lo que sucedió con Chano disparó un debate que lo involucra, aunque al mismo tiempo lo excede. De adicciones hasta la ley de Salud Mental. Pero con el agregado que, a diferencia de otros colegas, el músico terminó internado por haber recibido un balazo. En el derecho hay un principio que penaliza evitar un mal concretando otro mayor. Entre tanto, la investigación transita una instancia de pericias claves. Son las que la fiscalía de Delitos Complejos de Zárate-Campana analizará para determinar el curso de la causa. Una telaraña en la que Chano pasó de ser culpable a víctima. Y en la que la Policía Bonaerense, de golpe, se halla incómoda: el devenir de Amendolara estampillará también el accionar de la fuerza en esa clase de episodios. Y activará (o no) nuevos debates al respecto.  (www.REALPOLITIK.com.ar)


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