La Plata: El movimiento obrero acusa de traidor a candidato de Luis Arias

El cierre de listas en la ciudad de La Plata trajo aparejadas algunas alegrías y numerosas decepciones. Entre éstas últimas, se encuentra lo que el sindicalismo local tildó de “traición” del concejal Cristian Vander hacia todo el espacio. Una maniobra que los popes del gremialismo aseguraron que no quedará en el olvido.

A pesar de haber fogoneado su candidatura durante meses, el gremialismo local negoció hasta las últimas horas el puesto de Vander, secretario general del Sindicato de Obreros, Especialistas y Empleados de Servicios de Industria de Telecomunicaciones (SOEESIT), en la lista del ex juez Luis Arias.

Horas antes de las firmas de rigor, y ante la negativa de los dirigentes cercanos a Victoria Tolosa Paz de darles un puesto entre los primeros lugares, el conjunto de gremios más representativos de la ciudad de La Plata decidió no participar. Les ofrecían un magro quinto lugar, alejado de los primeros planos y con escasas posibilidades de acceder a un escaño en concreto.

Además, la lista se encontraba encabezada, en una insólita jugada política, por el ex juez Luis Arias, quien se hizo conocido por denunciar sistemáticamente a toda la estructura kirchnerista. Lejos se encuentra, en la liturgia peronista, de ser un representante del movimiento. Sin embargo, poco y nada se pudo hacer para cambiar la postura de los adeptos a Tolosa Paz, que se mantuvieron incólumes en la estrategia inicial.

En consecuencia, el sindicalismo decidió dejar de lado la oferta y rechazar la propuesta del quinto lugar. Vander fue informado de la decisión minutos después a través del llamado de uno de los dirigentes más representativos de los gremios locales. El secretario general, como era de esperar, aceptó la decisión y decidió esperar a las próximas elecciones.

Sin embargo, horas posteriores se presentó para la firma de candidatos y plasmó su nombre en las listas, a espaldas de los gremios que lo lanzaron durante la campaña. El estratega en la movida habría sido el dirigente de La Cámpora, Martín Alaniz, quien a pesar de haber quedado al margen del armado de listas, se reservó un último golpe de gracia en una llamada telefónica entre gallos y medianoches al propio Vander.

Entre los gremios locales que lanzaron, apoyaron y hasta coordinaron ruedas de prensa para afianzar la candidatura de Vander, la maniobra fue interpretada como una dura traición, un trago difícil de digerir. La insatisfacción de los popes se podría plasmar en una retirada total del apoyo sindical al hasta ahora secretario general, que dejaría al líder de SOEESIT sin demasiadas opciones en caso de no acceder a la banca para la que se postuló. (www.REALPOLITIK.com.ar)   

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