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18 de agosto de 2021 | Nacionales

Sin lugar en las listas

Facundo Moyano, renuncia y mensaje

La decisión de que Facundo Moyano renuncie a su banca y retorne al sindicalismo se adoptó sobre el filo del cierre de la composición de las listas del Frente de Todos. Tanto Massa, con quien mantiene una excelente relación, como Máximo Kirchner –con quien sucede todo lo contrario– lo llamaron para tratar de revertirla. No lo consiguieron.

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Por entonces, ni al moyanismo ni al sindicalismo peronista le habían ofrecido ningún lugar en las listas de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. Pablo Moyano silenció su discurso de respaldo al cristinismo y, el mismo jueves en que Facundo notificó su renuncia, la sede de la Obra Social de Camioneros fue allanada en Rosario, en la causa por extorsión y amenazas iniciada por afiliados que aseguraron ser presionados para renunciar al sindicato provincial de Santa Fe, hoy sin control de Moyano, para ser asociados a la sede nacional.

También hubo un incidente previo: la confrontación por Twitter entre Facundo y Vilma Ibarra. En una reunión que mantuvo con sindicalistas sub 55, apareció una foto con una botella de vino, que le valió las críticas de muchas diputadas, tanto por la bebida etílica como por la composición uniformemente masculina de la asistencia.

“La foto refleja una realidad en el sindicalismo. En porcentaje, son más hombres los que ocupan cargos de jerarquía, por eso tenemos que abrir la discusión. Te cuento que la próxima titular del Sindicato de Peajes será mujer. Si nos deja Moroni. Cuando quieras podes debatir con ella”, respondió Facundo a las críticas de Vilma Ibarra

No sólo le contestaba a la funcionaria. También reflejó la confrontación que buena parte del sindicalismo mantiene con un alter ego de Alberto Fernández, el ministro de Trabajo Claudio Moroni. Uno de los dos más apuntados –junto con Matías Kulfas– por sus intervenciones en situaciones de bloqueos a empresas.

Días antes de renunciar, Facundo Moyano propuso crear una empresa estatal para controlar las autopistas. La iniciativa cayó muy mal en el massismo, que controla la cartera de Transporte. Pero el conflicto estaba latente hace tiempo. A Facundo Moyano no se le asignó la presidencia de ninguna comisión, y era prácticamente ignorado por sus compañeros de bancada. 

Este martes, en el marco de la movilización de camioneros y empleados de comercio, Pablo Moyano echó más leña al fuego, al preguntar "cómo se llama" el ministro Kulfas. También vino el palazo para Claudio Moroni, a quien cuestionó por la situación de Garbarino y dijo que "les dio subsidios a todos" los empresarios.

Pablo Moyano, secretario general de los Camioneros, marchó junto a Ramón Muerza del Sindicato de Empleados de Comercio para reclamar por la situación de los casi 4 mil trabajadores de Garbarino que no perciben su salario, consecuencia de la grave crisis que atraviesa la empresa en el marco de una investigación judicial sobre lavado de dinero y sociedades off shore de parte de sus anteriores dueños.

“Lamentablemente esta empresa comenzó a decaer por el plan económico del macrismo y la pandemia”, señaló Pablo Moyano. “Hace seis meses que no funciona y que no paga los salarios. El centro logístico está cerrado, los locales también. Venimos a exigir a esta cueva financiera donde funcionar Garbarino que se hagan cargo de los 200 trabajadores de logística y de los miles de empleados de comercio”, completó.

Allí vino la provocación al ministro de Desarrollo Productivo: “Le pido al ministro Kulfas –creo que así se llama– porque no es muy conocido, que les dé tranquilidad a los trabajadores”. Y advirtió: “Si no tenemos respuestas marcharemos el viernes al ministerio de Producción. Si no tenemos un compromiso de pago, el viernes nos movilizamos. Fuimos esenciales, que nos paguen”, exigió.

En este punto disparó al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, a quien le reclamó “que convoque a Garbarino”, ya que “le dieron subsidios a todos”, en referencia a otras empresas. 

La renuncia de Facundo y el incremento de la combatividad de Pablo se producen en pleno proceso de renovación de las autoridades de la CGT. La actual conducción es cuestionada por su dócil actitud frente a los gobiernos de Mauricio Macri y de Alberto Fernández. Por todo ello, ahora muchos prevén un incremento de la combatividad con sus nuevos integrantes, en vistas de que el sindicalismo peronista no parece ser del paladar del gobierno nacional, que lo dejó fuera de las listas de diputados nacionales para las próximas elecciones. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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