Investigación judicial expuso el comercio de cocaína dentro del country Grand Bell

En el marco de la investigación judicial que se desplegó en la causa por la Megabanda cuyo supuesto líder era el ex juez de Garantías César Melazo, la Policía de Seguridad Aeroportuaria accedió a conversaciones privadas entre importantes personajes de la vida política, periodística y judicial argentina, en las que se identifica a una persona como el proveedor de cocaína para reconocidos propietarios del coqueto country Grand Bell, en la ciudad de La Plata.

Los folios en los que se divide la investigación judicial están compuestos de las características plantillas policiales a la hora de intervenir un teléfono celular. “Eventos de dispositivos”, “historial de internet”, “marcadores de internet”, son sólo algunas de ellas. Allí, se toma aquella información que es relevante para la causa, y se elimina el resto.

Entre las que quedaron, se hallan numerosos chats de sumo interés para la causa, incluyendo algunos de Federico Salvai, el ex jefe de Gabinete de Ministros de la provincia de Buenos Aires durante la gestión de María Eugenia Vidal.

Entre las conversaciones más destacadas se encuentra la número 562, con fecha del 6 de septiembre de 2017, entre el ex juez Melazo y el por entonces ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. En el mismo, acorde a la investigación, “Melazo le comenta a Ritondo que le habrían pasado el dato de un mayorista de cocaína que vende en el country Grand Bell”, identificando a numerosos funcionarios como clientes en la compra de estupefacientes. Ritondo le respondió: “Pásame los datos, por favor”, a lo que Melazo le respondió: “No confío en otro que en vos”.

No era cierto. El ex juez confiaba también en el periodista Jorge Asís. Un día antes, el 5 de septiembre, Melazo le había pasado ya la información, aclarando esta vez que la había recibido de “un comisario mayor amigo”. Además, le dio a Asís el nombre y apellido del dealer: Matías Monaldi, quien aparentemente se presentaba con una tarjeta que lo identificaba como albañil, de una empresa llamada Fybal.

“Mirá que la tarjeta es una fachada. Que no vaya a llamarlo ningún boludo diciéndole ‘usted hace reparación’. La tarjeta es una fachada, es todo mentira. Se dedica a la venta mayorista de eso. El nombre y el celular es real. Con ese lo llaman todos estos muchachos. Entra mucho al Grand Bell. A todos lados este muchacho, es todo primera línea”, asegura en otra conversación por mensajes de audio.

Días después, en otra conversación cooptada por la policía, Melazo advierte: “Ojo cómo lo manejás porque, o sea, hay que arrancar de una. Nada de llamar haciéndose el misterioso, el detective, porque el chabón vende ‘fafafa’ nomás. Es lo único que hace. Así que nada, ese es el nombre y esa es la tarjeta. Mirá qué regalo te hicimos”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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