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30 de agosto de 2021 | Judiciales

Internas judiciales

¿Horacio Rosatti será el nuevo presidente de la Corte Suprema?

El 72 por ciento de los argentinos considera que el poder con peor imagen es el judicial. Razones no les faltan.

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Entre el lawfare, la continuidad en funciones del fiscal procesado Carlos Stornelli, la ocupación indefinida de la procuración por un interino macrista sin aprobación del Congreso, las amenazas que forzaron la renuncia de Alejandra Gils Carbó, la aplicación sistemática de la denominada “doctrina Irurzun” durante los años del macrismo –que significó la suspensión de hecho de las garantías civiles-, su alineamiento sistemático con los intereses del principal oligopolio mediático argentino, etcétera, la Justicia argentina dista de ser ciega ni, mucho menos, justa.

Pero se trata de un poder vitalicio y blindado contra el sufragio popular. Una aristocracia de hecho y de derecho en una sociedad democrática. Por esa razón Eduardo Casal puede respirar con tranquilidad, sabiendo que su interinato no corre riesgo, y Stornelli mantenerse en funciones aún procesado, cuando muchos imputados debieron pasar largos años en prisión durante la gestión de Cambiemos.

La prescindencia de la sociedad con que se maneja el poder judicial no implica la ausencia de luchas internas por el poder. Más bien, todo lo contrario. En las próximas semanas, el actual titular Carlos Rosenkrantz –quien llegó de la mano del macrismo y del Grupo Clarín-, deberá abandonar su cargo. Sonaba el nombre de Ricardo Lorenzetti, pero el rafaelino piensa en ungir a Horacio Rosatti, para tratar de dar una vuelta de página con un giro hacia el centro.

Después de su alineamiento con el poder político en el marco del lawfare, ahora el poder judicial pretende adoptar un perfil menos expuesto y más prescindente de la escena política.

Tanto en el gobierno nacional como Horacio Rodríguez Larreta están de acuerdo en la candidatura de Lorenzetti. Pero el poder judicial en la sociedad argentina es, tal vez, el premio mayor, por eso Emiliano Yacobiti (UCR) y Cristian Ritondo (Pro) presentaron un proyecto en el Congreso "para regular la presidencia de la Corte", que inmediatamente fue cuestionado por su “inconstitucional”.

El proyecto disponía que la presidencia de la CSJN debería ser ejercida por quien detente "la mayor antigüedad" como cortesano. Hoy sería Juan Carlos Maqueda. Sin embargo, el artículo 113 de la constitución nacional dispone que la Corte dictará su reglamento interno, por lo que no cabrían intromisiones de otros poderes.

De los cortesanos actuales, Elena Highton de Nolasco está más que satisfecha con haber conseguido mantener su cargo a pesar de haber cumplido ya los 75 años que dispone la ley.  Maqueda se queja del manoseo de su nombre para encubrir las candidaturas reales.

Horacio Rosatti fue ministro de Néstor Kirchner y luego puesto a dedo junto con Rosenkrantz por un decreto de Mauricio Macri, aunque finalmente el Congreso terminó avalando esas designaciones. Es el socio político de Lorenzetti dentro de la Corte, y no tiene deseos de continuar su carrera política fuera del foro.

Tal vez no sea el deseo de Rosatti, pero su socio Lorenzetti sabe que su propio nombre generará mucha controversia en el tablero político, por lo que no le quedaría otro remedio que aceptar, para que el tándem consolide su poder en la nueva etapa que se abrirá con el cambio en la presidencia de la Corte. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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