Miércoles 24.04.2024 | Whatsapp: (221) 5710138
2 de septiembre de 2021 | Historia

Penúltimo acto

El Régimen Oligárquico en la Argentina (1902-1909)

En 1902, el PAN sufrió una fractura producto de la decisión de Roca de postular a Manuel Quintana como presidente, deshaciendo su compromiso con Pellegrini. Desde entonces, el antiguo socio de Roca, que había hecho su carrera montado en el fraude, se convirtió en ferviente defensor de la transparencia electoral.

facebook sharing buttonCompartir
twitter sharing button Twittear
whatsapp sharing buttonCompartir
telegram sharing buttonCompartir
print sharing buttonImpresión
gmail sharing buttonCorreo electrónico

por:
Alberto Lettieri

Los pellegrinistas sostenían la necesidad de incluir institucionalmente a la UCR y al Partido Socialista, para canalizar el malestar por otros medios que no fueran los de la acción directa a los que apelaba el anarquismo. Algunos avances mínimos en el tema electoral se habían comprobado durante la gestión de Roca. La reforma de 1902 impuso la lista incompleta, la elección de candidatos por circunscripciones, estableció padrones fijos y el uso de la libreta electoral. La ley permitía el ingreso de las minorías al archivar el sistema de lista completa, donde el más votado se llevaba todos los cargos, y posibilitó que el Partido Socialista contara con su primer diputado nacional, Alfredo Palacios, en 1904, gracias a un acuerdo con el PAN.

El oficialismo mantuvo el control de los comicios, y a través del fraude impuso en las presidenciales a la fórmula Manuel Quintana-José Figueroa Alcorta. La autoridad del presidente se robusteció cuando, a inicios de 1905, consiguió desactivar una nueva revolución de la UCR que había alcanzado gran magnitud y había estado organizada por Hipólito Yrigoyen. Quintana dispuso el retorno al sistema electoral de lista completa, con el que se realizó la elección legislativa de marzo de 1906. La elección terminó en escándalo cuando la Concentración Popular, la coalición opositora compuesta por autonomistas, mitristas, conservadores y radicales no yrigoyenistas, y que postulaba a Pellegrini, Emilio Mitre, Roque Sáenz Peña y Ernesto Tornquist, se impuso sobre la fórmula oficial, en medio de protestas y denuncias de compra de votos. Llamativamente, los vencedores sostenían principios éticos y un programa de reforma política.

A medida que el Centenario se aproximaba, el constante crecimiento económico despertaba el optimismo de ganaderos y empresarios. Sin embargo, por debajo de esa apariencia brillante, el descontento social crecía. Los radicales planificaban una nueva revolución para 1907 o 1908, que finalmente fue descartada. El 1 de mayo de 1909, una multitudinaria manifestación obrera fue respondida con una criminal represión policial. El saldo fue de ocho muertos y más de cien heridos. La Federación Obrera declaró una huelga general por tiempo indeterminado, que paralizó a Buenos Aires por varios días. En noviembre de 1909, el joven anarquista Simón Radowitsky asesinó con una bomba al jefe de Policía, Ramón Falcón, y a su secretario, en venganza por la represión de mayo. El hecho no pasó desapercibido: la persecución de militantes obreros se multiplicó, así como también las deportaciones y el cierre de locales.

El recambio presidencial era inminente. Con el apoyo presidencial, el camino de Roque Sáenz Peña a la primera magistratura no sufrió sobresaltos, ya que obtuvo el 99 por ciento de los votos del Colegio Electoral. Paradójicamente, quien había obtenido este respaldo inédito se disponía a desactivar para siempre las viciadas prácticas electorales del Régimen Oligárquico. (www.REALPOLITIK.com.ar)


¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS

¡Escuchá Radio Realpolitik FM en vivo!