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14 de septiembre de 2021 | Cultura

Se terminó el regreso

Abimael Guzmán, el “Mao blanco” de Los Redonditos de Ricota

El sábado falleció el fundador de Sendero Luminoso, quien protagonizó, acaso sin jamás saberlo, una valorada canción de Los Redondos.

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por:
Juan Provéndola

Después de varios años con un formato multiperformático que incluía actores, bailares, monologuistas y distintas gentes subiendo y bajando del escenario sin demasiado orden, Los Redonditos de Ricota se reorganizaron a mediados de los 80’ estrictamente como banda de rock. 

Ese "nuevo" comienzo de Los Redondos alentó el pulso creativo del Indio Solari y Skay Beilinson de forma tal que, en apenas poco más de un año de diferencia, el grupo grabó "Gulp!" y "Octubre", sus dos primeros discos. La dupla estaba en un estado de gracia inigualable. Una verdadera usina creativa que, llegado el momento, debió desechar canciones pues todas no entraban.

Sin embargo, varios de estos temas inéditos permanecieron el recuerdo de quienes llegaron a escucharlos en vivo. Y, luego, en el de todos aquellos que los descubrieron comprando las decenas de "discos piratas": precarias grabaciones de recitales de Los Redondos que circularon —y siguen circulando— como objetos de culto desde la época del casete.

De esa tira, uno de los más emblemáticos (o, acaso, el más emblemático) es, sin dudas, "El regreso de Mao". Una canción que, por su letra y su sonido, tranquilamente pudo haber estado en "Oktubre". Como "Rodando" o "Mi genio amor", otros de los inéditos valorados por los ricoteros. En los tres, casualmente, se produjo la misma novedad: además del Indio y Skay, participó en la composición Tito Fargo, entonces segunda guitarra de Los Redondos. 

El protagonista de "El regreso de Mao" —aquel "Mao blanco"— era Abimael Guzmán, el fundador de Sendero Luminoso. Un colectivo que inició revolucionario, devino en terrorista y fue todo un símbolo de las guerrillas latinoamericanas en el último tramo del siglo XX: aquellas de verdadero dominio territorial. Un juego de fuerzas entre ideologías, armas y financiamiento en el que la intrusión yanqui comenzaba a competir con otro actor: el narcotráfico.  

Formado en la línea marxista-leninista-maoísta, el Camarada Gonzalo —como se autodefinió Guzmán— llevó entre fines de los '70 y principios de los '90 al Perú hacia un revolucionarismo sangriento, de creciente contienda militar con los gobiernos de turno. En su apogeo, Sendero llegó a dominar de facto gran parte del territorio peruano. 

El fin comenzó con la aparición en el mapa político de otro polémico: Alberto Fujimori. Hoy, a sus 83 años, Fujimori está preso por delitos de Lesa Humanidad en el penal Barbadillo, de Lima. A unos 30 kilómetros, Abimael Guzmán también purgaba su propia condena en la cárcel de máxima seguridad de la Base Naval del Callao. Allí murió el sábado, a los 86. Estaba preso desde 1992 por Terrorismo contra el Estado.  

"Se adelantó el regreso de Mao, el hijo de Mao, el Mao blanco" comenzaba cantando el Indio Solari cuando Los Redondos hacían esa canción en vivo, a mediados de los '80. En ese momento, Sendero Luminoso estaba en plena expansión. Aunque Solari también se permitía objeciones: "Confunde las palabras soldado y bandido".  

Muchos años después, el Indio se concedió un análisis de la letra con perspectiva histórica. "Una descripción que partía de hacer un mix entre la guerrilla y el narcotráfico en Latinoamérica... Tenían un vínculo, una alianza, que en su momento no me parecía mal. Es que uno se enamora de los bandoleros —de los Bonnie and Clyde — y tampoco teníamos certeza de que lo que se decía al respecto no fuese otro infundio de los gobiernos del establishment...", dijo Solari en "Recuerdos que mienten un poco", su autobiografía conversada con Marcelo Figueras.  

"La secreta esperanza que alentábamos era que fuesen revolucionarios de verdad. Es lo que se desprendía, del miedo que los milicos peruanos le tenían a Sendero Luminoso. Pero a Abimael Guzmán terminaron paseándolo en una jaula, vestido con el tradicional traje a rayas...", observó el Indio Solari en el libro. Y concluyó, con decepción: "Algunas de estas figuras terminaron siendo peores que los gobiernos convencionales". (www.REALPOLITIK.com.ar)


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