Los intendentes peronistas del conurbano no creen en la posibilidad de una remontada electoral

El gobierno nacional y el cristinismo culpan a intendentes, organizaciones sociales y sindicatos por el bajo nivel de movilización a las urnas en el conurbano bonaerense. Los jefes comunales lo aceptan en off, pero aseguran que la razón de esa apatía no fue otra que el clima social imperante. “No movilizamos porque la gente nos votaba en contra", sostienen. Toda una definición.

En la base electoral del Frente de Todos se combinan varias sensaciones, todas ellas negativas. Enojo, decepción, convicción de haber sido traicionados. No notan las diferencias entre las políticas económicas de Guzmán y Kulfas y las del macrismo que los precedió. 

“Para esto hubiéramos dejado que reeligiera Macri y se hiciera cargo de la deuda que tomó", afirma, angustiado, un referente territorial de La Matanza al que le cerraron las puertas el día después de las elecciones de 2019. 

“Nos llamaron para terminar con el macrismo y después creyeron que la victoria era suya. Te tratan con soberbia o no te atienden”. El enojo con la cúpula del Frente de Todos resulta indisimulable. 

Si bien la intervención del gabinete de Axel por parte de Máximo, quien impuso a dos de sus intendentes más cercanos en la gestión –Insaurralde y Nardini–, y de Cristina, que instaló a Cristina Alvarez Rodríguez, es interpretada como un cambio sustancial en la relación de fuerzas; todos consideran que se perdieron dos años fundamentales a causa del aislamiento de la gestión de Axel –integrada por su club de amigos, con algunas excepciones–, su política orientada a disciplinar a los barones del conurbano para forzar su salida y su desconocimiento absoluto de la realidad bonaerense.

Los cambios son celebrados, pero sin ninguna clase de entusiasmo. “Pero ahora es muy tarde, con baja participación no pudimos sacar diferencia con el aparato, imagínate con mayor afluencia de votantes, nos pasan por arriba”, afirma otro de los grandes jugadores bonaerenses.

El diagnóstico es desesperante. “Hay una rebelión en la base social que siempre nos votó. Están podridos y ya no sólo por la malaria económica”, señala un puntero de la tercera sección electoral. “La verdad es que no llevamos más gente porque nos iban a votar en contra”.

“No nos dieron bola en los últimos meses cuando le empezamos a transmitir a Alberto Fernández que se podía perder la provincia", asegura otro jefe comunal. Todos destacan que Mario Ishii (José C. Paz) es quien mejor maneja el termómetro del humor social, y afirman que le avisó con tiempo al presidente. Como siempre, Alberto no hizo nada.

A pesar de la intervención del gobierno de Axel, los intendentes no saben cómo hacer para revertir la catástrofe electoral. “El promedio de participación en el segundo y tercer cordón fue del 62 por ciento. ¿Quién te asegura que los que se quedaron en su casa en las PASO nos van a votar a nosotros en noviembre?”.

La mayoría de los intendentes quedaron perplejos con la designación del nuevo ministro de Seguridad. “Y encima lo traen de vuelta a Aníbal Fernández que es un compañero, pero ya sabemos que es piantavotos, no se puede entender”.

“Alberto precisaba alguien que saliera a defenderlo en los medios. Lo hizo a costa de terminar de entregar la provincia con la designación de Aníbal. Ni se avivó de eso. Vive más aislado que Axel, en su propio microclima”, concluye uno de los tantos alcaldes que no quiere asomar la cabeza para que no se la corten. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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