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9 de octubre de 2021 | Gremiales

Amigándose con la CGT

Alberto Fernández, el muchacho peronista

Desde la asunción de Juan Manzur y Julián Domínguez en el gabinete nacional, la relación entre el gobierno y los sindicatos se volvió mucho más fluida.

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En las antípodas de una Cristina Fernández que intenta por todos los medios de corroer el poder sindical, las nuevas adquisiciones del ministerio público expresan un peronismo más “clásico” y menos “progre”, que considera que el sindicalismo es la “columna vertebral del peronismo”, tal como lo definió en su momento Juan Domingo Perón.

En esta nueva sintonía, el presidente Alberto Fernández envió al Congreso de la Nación un proyecto de ley que aumenta la injerencia del estado y de los gremios en las empresas que tengan más de cien empleados, a través de la creación de "comisiones mixtas" con el aval de la CGT. Los empresarios, alarmados.

La gestión de Manzur ha conseguido restablecer el vínculo entre Alberto y la CGT, lo que se tradujo en una primera iniciativa concreta: el proyecto de creación de comités mixtos de Seguridad, Salud, Medio Ambiente y Prevención de Riesgo en el Trabajo en las empresas. De esta manera, el estado y los sindicatos pasarán a tener más influencia dentro de las empresas que tengan más de cien empleados.

Las compañías involucradas estarán obligadas a contar con este tipo de comités y programas para la prevención del acoso laboral y la violencia.

El proyecto señala: "El comité mixto será obligatorio en dichos lugares de trabajo, cuando allí se desempeñen cien (100) o más trabajadoras y trabajadores. Estará formado, como mínimo, por dos representantes de los trabajadores, por una parte, y por el empleador y/o sus representantes, en número igual, salvo lo que pudiera llegar a disponerse en los convenios colectivos. En las empresas en que se desempeñen más de quinientos trabajadores, se duplicará el número de integrantes”.

La decisión fue consensuada con la CGT y celebrada por el sector sindical. En el empresariado, naturalmente, hay oposición, y se argumenta que se trata de un nuevo avance de la intervención estatal que, además, complicará la creación de nuevos empleos.

Según dispone el proyecto, los comités estarán integrados por representantes gremiales y de las empresas. La autoridad de aplicación será el ministerio de Trabajo de la Nación, y podrá intervenir cuando “las medidas adoptadas y los medios utilizados por el empleador o empleadora no son suficientes para garantizar la seguridad y la salud en el trabajo”.

"Las reuniones del comité mixto se llevarán a cabo en los lugares y horario de trabajo, sin desmedro de las remuneraciones de sus miembros. Éstos no percibirán remuneración suplementaria alguna por el ejercicio de sus funciones, pero el empleador abonará los viáticos o gastos que demandare el desempeño de sus tareas”, continúa el proyecto.

Dentro de las competencias de los comités, se destaca la de "promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la efectiva prevención de los riesgos y la promoción de la seguridad y la salud en el ambiente laboral, proponiendo al empleador la mejora de las condiciones o la corrección de las deficiencias existentes, así como la elaboración de normas de sana convivencia en el ámbito de trabajo".

Gracias a la gestión de Manzur, el acercamiento entre la CGT y Alberto Fernández se realizó con una velocidad asombrosa. A punto tal que “los muchachos” están dispuestos a archivar los compromisos inclumplidos por el presidente y sus habituales dislates.

Al menos, hasta que Alberto vuelva a sus andadas. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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