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"Decir boludeces no te cuesta nada"
La tensa relación entre Alberto Fernández y Gabriela Cerruti
Atrapado bajo la presión de Cristina Fernández de Kirchner, el presidente eligió como vocera a la misma persona que, tan sólo un par de años atrás, lo tildó de hipócrita y pidió que le regalen un GPS, luego de asegurar que “pedía cancha para hacerse K”; cosa que efectiva y finalmente ocurrió.
A través de un decreto publicado en el Boletín Oficial este viernes, el presidente Alberto Fernández anunció a Gabriela Cerruti en el cargo de vocera presidencial. Se trata de un cargo “extraescalafonario” y que no la pone al frente de ningún ministerio nacional pero que, sin embargo, reviste gran importancia.
Cerruti será la responsable de la Unidad de Comunicación de Gestión Presidencial, por lo que tendrá un salario similar al de un ministro, que hoy por hoy supera los 300 mil pesos. Reemplazará en el cargo a Juan Pablo Biondi, fuertemente rechazo por el ala que responde a Cristina Fernández de Kirchner. Puertas adentro, en el gobierno nacional anticipan nuevos conflictos en la ya tirante relación entre el presidente Fernández y su flamante vocera, Gabriela Cerruti.
La disputa entre ambos encontró su pico en el año 2017, cuando el ahora compañero de fórmula de Cristina Fernández aseguró que el kirchnerismo era la representación del “peronismo patético que se bancó a Boudou, Moreno, Milani y el Pacto con Irán”. En respuesta, Cerruti pidió que “le regalen un GPS, porque hace dos días estaba pidiendo pista para hacerse K”.
La pelea no terminó ahí.
Luego, Alberto Fernández le sugirió a Cerruti: “Debieras recuperar (si alguna vez la tuviste) tu capacidad de autocrítica”. Horas después, volvió a la carga publicando “Ay Gabriela, cada día te hacés más incomprensible”, asegurando además que entendía la situación porque “en general, el que delinque lo oculta”.
Finalmente, la que cerró la discusión fue la propia Cerruti, al asegurar: “Yo no dudo que despreciás al kirchnerismo. Me alegra que no haya más confusión”.
De este modo, y bajo la presión de su vicepresidente, el primer mandatario Alberto Fernández continúa sumando a su gabinete dirigentes que no concuerdan con sus ideas y que se han mostrado abiertamente opositores y críticos a su figura. Lamentablemente, la historia argentina ha brindado numerosos ejemplos de cómo terminan las gestiones en las que las alianzas se tejen bajo el rigor de la presión política. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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