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19 de octubre de 2021 | Nacionales

Elecciones

Juan Manzur juega su futuro en las PASO

Si bien la designación del jefe de Gabinete significó la asunción de una tarea de enorme responsabilidad, nada menos que tratar de remontar la catástrofe electoral de las PASO y encaminar el curso del gobierno nacional en la segunda mitad de su mandato, su objetivo personal va mucho más de allí.

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El tucumano tiene en claro que, en caso de tener éxito, quedaría convertido inmediatamente en presidenciable para 2023. Y para ello construyó su propio proyecto, al que denominó pomposamente “Juan XXIII”.

La llegada a la jefatura de Gabinete y su ambición presidencial le exigieron a Manzur hacer las paces con su archienemigo –y hoy aliado-, el vicegobernador Osvaldo Jaldo. Si bien permanece con un ojo puesto en su provincia, tiene en claro la necesidad de mantener un adecuado vínculo con el hoy gobernador, no sólo para garantizar la gobernanza de Tucumán, sino también para retener el 50 por ciento de los votos en las elecciones de noviembre. Debe evitar las fugas de electores propiciadas por un eventual “fuego amigo”, ya que justamente ese resultado contundente fue una de las razones de su convocatoria.

En el transcurso de apenas un mes, Manzur pasó de una situación de semi anarquía provincial a anunciar programas federales desde la Casa Rosada, encabezar la misión argentina que negocia el acuerdo con el FMI y convertirse en el hombre clave del gobierno en la crisis endémica que atraviesa.

Ante la debilidad del Frente de Todos, él se juega buena parte de su pretensión presidencial el 14 de noviembre. La provincia de Tucumán debe renovar sus tres bancas de senadores, que hasta ahora detentaban su adversario José Alperovich y Beatriz Mirkin, quien responde al ex gobernador acusado de abusar de su sobrina. Manzur podría tener ahora, por primera vez, dos senadores propios: Pablo Yedlin -quien es actualmente diputado nacional- y Sandra Mendoza –que hasta ahora se desempeña como legisladora provincial.

También podría, cuanto menos, renovar los dos diputados nacionales de que ya dispone el Frente de Todos tucumano, con las candidaturas de la ministra de Salud Pública de la provincia, Rossana Chahla (manzurista) y Agustín Fernández (jaldista). En caso de ampliar la diferencia obtenida en las PASO, podría aspirar a sumar una tercera diputada, la candidata manzurista Elia Mansilla. Como puede advertirse, un panorama profundamente disonante con la declinación del FDT a escala nacional.

Manzur apuesta no sólo a realizar una excelente elección provincial, sino también a mejorar los resultados electorales en otras provincias, que le permitan a la coalición gobernante mantener el quórum en el Senado y no caer demasiado en el número de diputados. Cree que así sería número puesto como candidato presidencial en 2023.

Y, a la luz del panorama desolador que ofrece el FDT, hace bien en ilusionarse. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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