El FMI apuesta a un acuerdo y pide un plan al gobierno nacional

Frente a la caída de 11,8 por ciento, el organismo de crédito internacional que financió la fallida reelección de Mauricio Macri prevé un rebote de 4,9 por ciento para el año próximo, a condición de que adopte un programa estricto que debería someter a la aprobación del Fondo Monetario Internacional.

El director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, reiteró la exigencia de la entidad al gobierno nacional de presentación de un plan, y se mostró optimista ante la posibilidad de llegar a un entendimiento. "El gobierno está en el proceso de reformulación de un plan integral que puede ser apoyado por un programa del FMI", aseguró Werner.

También indicó sus características principales: “Este programa tiene que encontrar el balance apropiado entre ayudar a las familias más afectadas por la pandemia y recuperar a la economía argentina, pero también tiene que establecer bases para recuperar la estabilidad macroeconómica en Argentina”. En buen criollo: un ajuste brutal.

"Nuestro equipo regresará a la Argentina en noviembre y en la medida en que se llegue a una visión común sobre el plan, si es conducente, será apoyado con un programa financiero del Fondo", anticipó. Y señaló que el fracaso del programa anterior -firmado por el gobierno de Mauricio Macri- no condiciona una nueva aprobación: "El hecho de que el programa haya fallado la última vez no tiene por qué significar que lo hará esta vez".

Sin embargo, el optimismo de Werner contrasta con el debate interno que se ha establecido dentro del gobierno, donde el cristinismo y La Cámpora exigen una extensión de los plazos a veinte años y condiciones que no impliquen una sangría insoportable para la sociedad argentina. Al fin y al cabo, el FMI incumplió sus estatutos al aprobar un endeudamiento que podría servir tanto para favorecer la reelección de Macri, como para condicionar a su sucesor, en caso de ser derrotado en las elecciones presidenciales de 2019.

Macri se fue, pero la deuda que contrajo ha venido deteriorando la calidad de vida y la economía argentina, y condiciona el futuro de nuestra sociedad. Queda claro que no es posible postergar indefinidamente el arreglo, pero tampoco resulta racional firmar un compromiso que implique un salto al vacío para la Argentina. Mientras tanto, las conversaciones continúan, pero hasta después de las elecciones no habrá posibilidad de cerrar ningún entendimiento. A partir del 15 de noviembre se iniciará, también en este terreno, una etapa de definiciones.

En el marco de la conferencia prensa que brindó en Washington para presentar las últimas proyecciones del organismo para América Latina y el Caribe, Werner destacó que la crisis económica desatada por la pandemia de coronavirus borrará parte de los avances sociales logrados en la región hasta el 2015, al exacerbar las extendidas condiciones de pobreza e informalidad laboral. Además, señaló que para la región "se proyecta una contracción del PBI real de 8,1 por ciento en 2020, y crecimiento de 3,6 por ciento en 2021" y alertó que "en la mayoría de los países el PBI no retornará a los niveles prepandémicos hasta 2023, debido a las duraderas secuelas económicas de la crisis".

En el informe sobre Perspectivas Económicas, el FMI adjudicó a la "incertidumbre sobre las políticas domésticas" la caída de los bonos argentinos. Allí, sostiene que si bien "los precios de los bonos se recuperaron al concluir los procesos de renegociación de la deuda, disminuyeron recientemente reflejando, en parte, incertidumbre sobre las políticas domésticas". Sin embargo, consideró que la Argentina y Ecuador "emprendieron una exitosa reestructuración de su deuda soberana en 2020, en medio de crecientes preocupaciones acerca de la sostenibilidad de la deuda y de presiones financieras". (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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